Mostrando entradas con la etiqueta Muñoz Rojas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Muñoz Rojas. Mostrar todas las entradas
miércoles, 26 de febrero de 2014
viernes, 28 de septiembre de 2012
ROMANCE
LOS ecos de la verbena
se los llevó la alborada
sobre sus caderas finas
de sangre, de oro de nácar.
Está la noche borrosa.
Están tocando campanas.
Que es domingo, niños, hoy;
vamos a misa de alba.
Caerán los golpes de pecho
sobre la roja mirada
de aquel clavel incendiado
en tu corazón de plata.
Y dirás:"Señor, perdón"
con la vocecita clara
con que dijiste: "te quiero"
cuando la luna alumbraba.
Y pensarás: "¡Oh! Dios mio,
tú el señor y yo la esclava",
como pensaste en la noche:
"!Tú el amado y yo la amada!"
José Antonio Muñoz Rojas
jueves, 12 de julio de 2012
LA VIDA CONTIGO ES UNA LAMINA DE PLATA
¿Qué quieres, amor mío,
si la tarde no cabe en nuestros ojos
y sobra con el agua cogida en nuestras manos
para la sed del cielo?
Amor mió, ¿qué quieres?;
¿que no te lle ve al colegio,
que te diga que sí,
que la vida contigo es una lámina de plata
y sin ti una moneda de cobre;
contigo un suspiro,
más que un suspiro,
menos que un suspiro,
o casi tanto como un suspiro?.
Quédate ahí sentado.
Ahí estas bien,
ahí ves los borreguitos pasar,
el agua quieta, quietísima,
admirablemente la primavera,
la vieja y el viejo,
el carrito del niño con su buey y su mula,
y cinco buzos explorando el puente del buque hundido,
y veinticinco grajos sobre los cadáveres
de aquellas tres horas que pasamos juntos
y que no cupieron después en tu frente.
José Antonio Muñoz Rojas
si la tarde no cabe en nuestros ojos
y sobra con el agua cogida en nuestras manos
para la sed del cielo?
Amor mió, ¿qué quieres?;
¿que no te lle ve al colegio,
que te diga que sí,
que la vida contigo es una lámina de plata
y sin ti una moneda de cobre;
contigo un suspiro,
más que un suspiro,
menos que un suspiro,
o casi tanto como un suspiro?.
Quédate ahí sentado.
Ahí estas bien,
ahí ves los borreguitos pasar,
el agua quieta, quietísima,
admirablemente la primavera,
el carrito del niño con su buey y su mula,
y cinco buzos explorando el puente del buque hundido,
y veinticinco grajos sobre los cadáveres
de aquellas tres horas que pasamos juntos
y que no cupieron después en tu frente.
José Antonio Muñoz Rojas
Museo Evaristo Valle (Gijón) |
sábado, 23 de junio de 2012
NOCHE DE SAN JUAN
EN el remanso de la tarde
se ha posado un recuerdo
-su dulce sombra triste,
sus ojos negros.
La fiesta de San Juan
ardía en el pueblo.
Nosotros en la seda del silencio
bordábamos mirándonos
nuestros pensamientos.
Y la luna en lo alto
nos descubrió el secreto.
En el mundo, nosotros
la luna y el silencio.
José Antonio Muñoz Rojas
se ha posado un recuerdo
-su dulce sombra triste,
sus ojos negros.
La fiesta de San Juan
ardía en el pueblo.
Nosotros en la seda del silencio
bordábamos mirándonos
nuestros pensamientos.
Y la luna en lo alto
nos descubrió el secreto.
En el mundo, nosotros
la luna y el silencio.
José Antonio Muñoz Rojas
miércoles, 30 de mayo de 2012
AMOR CON AMOR SE PAGA
AMOR, veo tu entierro todas las noches,
y por la mañana me despiertan las campanas
que festejan tu nacimiento.
¿No te convendría más
una vida ordenada,
una esposa modelo
una casa confortable?
Acabarás enflaqueciendo;
pero, ¡qué más da, amor,
si se hacen más hermosos tus ojos cuando palideces!
No me importa
si eres alto o bajo,
grande o chico,
ni donde duermes,
ni qué comes;
sólo quiero que vengas si dilación cuando te llame,
alegre como unas castañuelas,
trayéndome lo que te pida
sin pedirme retribución por tus servicios.
Te pagaré con amor,
y si el amor se me escurre, porque suele escurrirse,
te daré algo que sabe a lo mismo
y espera en las encrucijadas a los tímidos viajeros,
como los ladrones.
José Antonio Muñoz Rojas
y por la mañana me despiertan las campanas
que festejan tu nacimiento.
¿No te convendría más
una vida ordenada,
una esposa modelo
una casa confortable?
Acabarás enflaqueciendo;
pero, ¡qué más da, amor,
si se hacen más hermosos tus ojos cuando palideces!
No me importa
si eres alto o bajo,
grande o chico,
ni donde duermes,
ni qué comes;
sólo quiero que vengas si dilación cuando te llame,
alegre como unas castañuelas,
trayéndome lo que te pida
sin pedirme retribución por tus servicios.
Te pagaré con amor,
y si el amor se me escurre, porque suele escurrirse,
te daré algo que sabe a lo mismo
y espera en las encrucijadas a los tímidos viajeros,
como los ladrones.
José Antonio Muñoz Rojas
José A. Muñoz Rojas |
lunes, 16 de abril de 2012
domingo, 1 de abril de 2012
viernes, 16 de marzo de 2012
TE CONFUNDO CON LOS RECUERDOS
...perder a alguien es como chocar con una ventana de cristal. No sabías que estaba allí hasta que estalló en pedazos, y después recoges los trozos durante años. Hasta el último fragmento de vidrio.
Cartas
Saul Bellow
YO quiero que seas todas las cosas
y te confundo frecuentemente con los recuerdos.
Amor,¿Cómo vas a alejarte,
si no tienes donde ir?
¿Creer que todos compartirán contigo un lecho,
y que todos te esperan a cenar?
Amor, ¡no seas inocente!
Lo más que te quieren es como quieren a las aves,
lo más que te recuerdan es como a los recuerdos.
¿Qué has hecho, amor, qué has hecho?
¡No tardes! ¡Ven!
José Antonio Muñoz Rojas
martes, 6 de marzo de 2012
MÁS AL NORTE ESTÁ GIJÓN
EL sol era el pastor único
de una manada de estrellas.
Mientras que el pastor dormía
se escaparon las estrella
y se fueron a clavar
en lo azul de una moneda.
El buen pastor indignado
las busca y no las encuentra,
arde que te arde-día-.
Ya se han ido las estrellas
silenciosas a clavarse
en el azul de la moneda.
Noche y día, día y noche,
cara y cruz de una moneda.
José Antonio Muñoz Rojas
Foto: Raul López. Amanecer en San Lorenzo, Gijón.
lunes, 5 de marzo de 2012
PERDÍ LA CABEZA. ¿DÓNDE,CUÁNDO,CÓMO?
PERDIÓ la cabeza. Dónde, cuándo, cómo?
Ha puesto anuncio? "Cabeza perdida, no sabe
dónde". Por una tontería se pierde la cabeza.
Estará en cualquier parte donde el amor habite,
entre tantas cabezas perdidas. Hay cabeza
que no se pierde si el amor anda cerca?
Para qué sino para perderse está la cabeza?
Por eso son inútiles identificaciones,
ni posible generosa gratificación.
Lo mejor es dejarla perdida, que se pierda.
José Antonio Muñoz Rojas
sábado, 25 de febrero de 2012
ROMANCE DE LA LUNA SOLA
que tenía cuatro ruedas.
Yo le pregunté a la luna:
¿Dónde están tus compañeras?
-¿La de oro? Esa se fue,
rueda que te rueda, rueda,
a juntarse con su hermana
dormida sobre las trenzas
de tu novia.
La de diamante
también se fue hacia la tierra,
y se encontró allí un hermano
en su corazón de piedra.
La de cristal se rompió
caminito de la tierra;
yo supe después que fue
porque los hombres no vieran
que era negra turbiedad
la que creían transparencia.
-¿Y tú, Luna?
Aquí me tienes,
rueda que te rueda, rueda,
sin compañeras ni carro,
esperando que me quieras.
José Antonio Muñoz Rojas
poemas de juventud (1929-1935)
martes, 21 de febrero de 2012
COPLAS (JOSÉ ANTONIO MUÑOZ ROJAS)
ARROYO que andado vas,
dime si el mar es tu fin
o si la tierra es tu mar.
Y si la sierra es tu mar,
¿por qué, arroyo de mi vida,
por qué tan despacio vas?
Al fin y al cabo vereda,
unas veces por el llano
y otras veces por la sierra.
Caminitos del vivir,
tan ligeros al bajar
y tan tardos al subir.
En verano polvorientos
los caminos de la vida,
y encharcados en invierno
Fue vereda al empezar,
más tarde se hizo camino,
luego camino real.
Nació camino real,
luego se quedó en camino,
y en vereda al acabar.
A la corta o a la larga,
el valor que menos vale,
dime si el mar es tu fin
o si la tierra es tu mar.
Y si la sierra es tu mar,
¿por qué, arroyo de mi vida,
por qué tan despacio vas?
Al fin y al cabo vereda,
unas veces por el llano
y otras veces por la sierra.
Caminitos del vivir,
tan ligeros al bajar
y tan tardos al subir.
En verano polvorientos
los caminos de la vida,
y encharcados en invierno
Fue vereda al empezar,
más tarde se hizo camino,
luego camino real.
Nació camino real,
luego se quedó en camino,
y en vereda al acabar.
A la corta o a la larga,
el valor que menos vale,
el valor de las palabras.
Los dos seres de mi yo
aunque son hombres distintos
tienen sólo un corazón.
El corazón da consejos
tan buenos como una madre,
tan sabios como los viejos.
En otros odres distintos
vertamos el vino añejo,
los odres hacen el vino.
Lo que importa únicamente
caminante
es caminar.
Caminar siempre de frente,
sin mirar
lo que tuvimos delante
o lo que está por andar.
¡Oh!, los pobres ojos míos.
de piedra son, aunque abiertos;
de mirar sin ver, cansados;
de cerrarse y ver, sedientos.
¡Lira de mi corazón,
has destemplado tus cuerdas
y apagado tu canción!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)