lunes, 14 de noviembre de 2016

LAS FURIAS

Si te encuentras mal, no estas a gusto contigo mismo, crees que la familia no te quiere, que los vecino te odian, y, tienes pensado ir a un punto limpio a dejar la basura, no lo hagas, vete a ver esta película y te ahorraras la factura del psiquiatra. Ese punto, ese punto, al que le cuentas tu vida, y, a cambio, te va a cobrar por reciclar la basura en el diván; sale mucho más barato ir al cine o al confesor que además te da la absolución. Después de ver la peli lo tuyo no es nada comparado con lo que le ocurre a la familia Ponte Alegre. ¡Manda huevos! Leo Ponte, el patriarca, el único que no se entera de la fiesta, padece alzheimer, vive un sin vivir. Cómo Mariano Rajoy. La madre reúne a la familia para vender un caserón donde fueron felices y entonces se desata la tempestad. Algo así como la cena de nochebuena después de la cuarta botella de sidra el Gaiteru. La noche de los cuchillos largos. Las furias es una película excesiva, lo peor siempre está por llegar, salpicada de humor negro. Sí eres un sufridor y tuviste algún trauma en la infancia veras como todo se termina arreglando, la peli tiene un final feliz. Debut como director de Miguel del Arco.





  

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