miércoles, 25 de noviembre de 2015

CONCILIO CADAVÉRICO

En el museo de Bellas Artes de Nantes hay un cuadro curioso, pintado en 1870 por el artista francés Jean-Paul Laurens. Se ve a un papa sentado en el trono con toda la pompa. A su lado, totalmente vestido de negro, hay un joven sacerdote con barba que escucha a un hombre que, indignado, parece dirigir su acusación contra el papa. Es una imagen del llamado "Concilio cadavérico" que se celebró en San Juan de Letrán de Roma en el año 897. Si observamos detenidamente el cuadro descubrimos que el papa es un muerto. El cadáver es el papa Formoso muerto nueve meses antes. El que lo acusa es Esteban VI y el sacerdote es el defensor. El hedor en la iglesia es terrible. Al fondo se hallaban los obispos y sacerdotes que formaban el jurado de aquel juicio macabro.
El juicio se celebro porque Esteban VI quería defenderse, no quería que un día lo desenterraran y lo llevaran a juicio como a su antecesor. Pretendía que declarasen que a Formoso lo nombraron papa por procedimientos falsos, por lo que todas sus decisiones y nombramientos debían declarase nulos. De este modo, Esteban VI tendría el campo libre y la posibilidad de elegir a sus amigos y colaboradores más próximos para unos puestos que le garantizasen el poder sobre la Iglesia y, naturalmente, sobre su economía. No se sabe si fue por el olor a cadáver o porque el juicio estaba amañado de antemano, pero el caso es que el jurado, victima de las náuseas, no tardó más que unos días en declarar a Formoso culpable de las acusaciones que se le imputaban. Su papado se declaró nulo. Le retiraron la ropa a su cadáver y solo le dejaron la saya. Además le quitaron de la mano derecha los tres dedos que utilizaba para bendecir. Más tarde, lo enterraron en un cementerio de peregrinos. El pueblo se hartó de Esteban y  lo ahorcaron en Agosto del 897.

Arenas Movedizas
Henning Mankell
TusQuets





No hay comentarios:

Publicar un comentario