miércoles, 17 de octubre de 2012

LA DESAMORTIZACIÓN

La desamortización de Mendizábal (1836) fue un proceso de nacionalización de los bienes del clero regular para venderlos en pública subasta; aquella medida, inspirada por la Revolución francesa, tenía por objeto dinamizar la economía agrícola del país sacando al mercado libre el ingente patrimonio inmobiliario acumulado por las órdenes religiosas, formando con sus compradores una clase media dispuesta a apoyar el régimen liberal y la causa de Isabel II; al mismo tiempo, la operación serviría para reducir la agobiante deuda pública y proporcionar al Estado medios económicos con los que financiar la guerra civil contra los carlistas.

Sor Patrocinio, la monja de las llagas tuvo una gran influencia sobre la reina Isabel II , tenia metida en la faltriquera de sus hábitos la voluntad de Isabelita, exigió la abolición de la ley desamortizadora, complementaria de la de Mendizabal de veinte años atrás, contra la cual habían sido inútiles los ataques de moderados y tradicionalistas.
La desamortización de los bienes del clero regular se impuso y se llevó a cabo por la sencilla razón de que quienes habían comprado a bajo precio fincas y tierras no se prestaban a que se las quitasen. Los nuevos propietarios, por muy católicos y conservadores que fuesen, pensaban, con rara unanimidad, que una cosa eran las ideas y los golpes de pecho y otra el bolsillo.

Mendizabal, ese hereje,
el que los frailes echó
quitándoles el sustento, 
el que campanas a cientos
de las torres derribó;
el que cerró las ermitas
y mató de hambre a los curas
¡el hombre que dejó a oscuras
a las animas benditas!

Los enemigos de don Juan Álvarez de Mendizabal decían  que se había hecho millonario con el producto de sus rapiñas cuando fue ministro y jefe de gobierno. A la muerte de Mendizabal resultó que no dejó ni para su entierro. Alguien le dijo a la condesa de la Laguna: "Ya ve usted, ha muerto pobre". "¡Como!", exclamó ella, "¡Ladrón...y además pródigo"

El cuarto poder
Antonio Espina



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