jueves, 9 de febrero de 2012

THÉOPHILE GAUTIER


Théophile Gautier- quién hace cien años llevaba una melena larga, al estilo del autorretrato de  Durero o del Moisés de Miguel Ángel- se mantuvo escribiendo folletines. Pero eso era algo muy raro. Gautier gastaba mucho y disponía de una carroza de ruedas rojas tirada por ponies blancos, y ganaba el dinero necesario para permitírselo escribiendo folletines y relatos de viajes en revista y periódicos franceses. Durante varios años escribió un capitulo al día. Sus contemporáneos no comprendían cómo era posible al lado de un desgaste así escribir libros nobles y buenos. Parece ser que sí es posible.

Para los escritores de cualquier época siempre fue difícil vivir de lo que ganaban con los libros, quién lograba sobrevivir sin publicar en los periódicos era sospechoso. En París, en su habitación recubierta de corcho, Proust llevaba una vida ociosa que le permitía  perseguir el tiempo perdido porque disponía de una fortuna. Valéry disponía de tiempo: no tenía fortuna, pero trabajaba como empleado en la agencia Havas. 

¡Tierra Tierra!
Sándor Márai

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