miércoles, 16 de marzo de 2011

TODO LO QUE SE LLEVÓ EL DIABLO

TODO LO QUE SE LLEVÓ EL DIABLO
JAVIER PÉREZ ANDÚJAR
TUSQUETS

-Ni siquiera tengo claro que vaya a acordarme de la mitad de lo que me has dicho.
- Eso no importa. Las cosas, una vez las has oído, dejan su semilla"


El Patronato de las Misiones Pedagógicas fue creado el treinta de mayo de 1931 por Marcelino Domingo ministro del gobierno provisional de la República. La novela transcurre en el año 1935, durante el bienio Radical- Cedista. El gobierno de Lerroux no creían en las Misiones Pedagógicas y sometían a censura a las bibliotecas. El analfabetismo en España era de un  veintisiete por ciento.

Un diputado de la CEDA: ¡Con las bibliotecas se han desatado las ambiciones y  ya todos los aldeanos quieren tener hasta una cama en su casa! ¡Pues sí, señor, eso es lo que traemos! ¡El derecho de la gente a tener una cama!
¡Las Misiones son un lujo! ¡Un despilfarro! ¡Porque no se puede enseñar al que no sabe!, ha dicho en las cortes, con estas mismas palabras, el diputado Lamamié de Clairac diputado por el Bloque Agrario.

 Tres jóvenes maestros, un hombre y dos mujeres, se inscriben en las Misiones Pedagógicas y se dirigen a la sierra de la Culebra en Zamora para montar una biblioteca escolar. En  la aldea a la que llegan lo que encuentran es pobreza,  hambre, enfermedades y miseria por todos los rincones. Sólo un pobre puede entender a un miserable; porque un pobre no es más que un miserable que come cada día. Javier Pérez Andújar crea una interesante y amena novela en la que mezcla hechos históricos con ficción. Para ello manejó una abundante documentación tanto escrita como audiovisual, siendo parte fundamental de la misma, algunos de los informes y memorias  que escribieron para el Patronato los participantes en las Misiones Pedagógicas. Al final del libro en Nota autobibliográfica cita la procedencia de la documentación utilizada.

Cuando se proclamó la República, había en España más de un millón de niños sin escolarizar. Eso fue el catorce de Abril de mil novecientos treinta y uno. A finales de mayo de aquel año, el gobierno ya tenia puesto en marcha el Patronato de las Misiones Pedagógicas con el propósito de crear veintisiete mil escuelas públicas por todo el país, y cubrir siete mil plazas nuevas de maestros. Para que la instrucción pública pudiera llegar a todas las aldeas, caseríos y cortijos, el Patronato de las Misiones envió sus mejores maestros a las escuelas de los pueblos más pobres.
Lo que llevaban hasta la aldea más miserable eran libros y escuelas, sí, pero eran también conferencias, títeres, cine, teatro...Defendían que saber leer y escribir resultaba tan imprescindible para un universitario como para un campesino. Tenían muy claro que la cultura del pueblo no suponía ningún lujo . Soñaban con una escuela para todos. Para los chicos y para los grandes, hombres y mujeres. El propósito de aquellos maestros era enseñar a leer a los niños y también a los adultos.



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