EL 11 de noviembre P. estaba preparando la tierra para sembrar ajos. A la pregunta de si era la época me respondió con un refrán. "Por qué no creciste ajín". "Porque no me plantaste por San Martín". Me prometió que en la próxima helada me iba dar verdura que está muy buena con el relente de la noche.
EN LL. somos pocos y andamos sin mascarilla como unos convivientes más. Nadie podía llegar a pensar que G. y P. cogieran el coronavirus. Lo pasaron mal y estuvieron ingresados. A G. todos los PCR le daban negativo hasta que en el HUCA le descubrieron el virus con una prueba serológica. El padre de G. murió hace un tiempo con 105 años y la madre y la tía de G. murieron como consecuencia del coronavirus poco antes de que ingresaran G. y P. Probablemente fue un contagio en el ámbito familiar. Afortunadamente superaron el virus y cada día se encuentran más fuertes. Los bizcochos de M. ayudaron algo.
CUANDO Blasco Ibáñez estuvo en el año 1923 en Japón le llamó la atención la gran cantidad de japoneses que llevaban una especie de emplasto tapando la nariz y unido por unas gomas a las orejas. Preguntó y le dijeron que el japonés lo llevaba en invierno con unas gotas de antiséptico para evitar la gripe. Las mascarillas eran desconocidas en España. En Japón acababan de sufrir un terrible terremoto.
EN la finca de D. Antonio hay un Palo Santo que tiene más de setenta años. Cuando iban al colegio los críos saltaban el muro para coger caquis a escondidas del dueño que era muy tacaño y si los veía se enfadaba. El árbol sigue ahí mientras el dueño con su murria ya se fue. Me lo cuentan los niños de entonces, ahora mayores. Mientras miraba a los mirlos pegarse un banquete se me acercó una china de las de todo a Cien a preguntarme por el dueño, porque otros años le dejaba coger caquis El dueño es un descendiente del tal don Antonio. Me dice que los pone al calor de la chimenea para que maduren rápido, están muy buenos.
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