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lunes, 3 de diciembre de 2012

EL MADRUGADOR

También hoy, a las ocho menos veinte
como de costumbre, espera que salgas de casa
y entres en el día y su rutina-la semana-.

No sabes quién es, pero lo sospechas bien.

Es el que derrama aceite en una curva
muy cerrada del invierno antes de que llegues,
el que ayer votó a favor de la Ley de la Gravedad
y hoy te la arroja, con maceta, desde un quinto piso.
Es el que te cita bajo el árbol de la tormenta
cuando el cielo se rasga como un palio,
el que arregla los futuros imperfectos,
el que hace su agosto cada uno de noviembre,
el que redacta los guiones para que el azar los lea.

Tales son sus dedicaciones y otras peores.

Pero también algunas veces, pocas,
si está de humor te dictará al oído
el nombre de un caballo en el hipódromo
te arreglara a escondidas lo mismo una cita
que una moto vieja, te lo dará todo
aunque al cabo te quite más: la vida.

No sabes que rostro te reserva hoy,
si esta mañana te maldice o te sonríe.
Qué guarda para ti en su mano cerrada,
qué te arrojará de repente a la cara:
si una salva de arroz o un puñado de tierra.
Si te coronará de ortigas o de laureles.

Pero te espera y no lograrás esquivarle.
Pero te precede y no podrás aventajarle:
por mucho que madrugues, tu destino
siempre se levanta antes que tú.

Jesús Jiménez Domínguez




sábado, 24 de noviembre de 2012

EL PUENTE EN LA NIEBLA

Eso del destino, ¿es muy profundo o puede vadearse?
JJD

Me detengo
a mitad del recorrido
y escucho.

En un extremo
aquel que fui me grita:
¡Espérame!

En el otro,
el que seré me susurra:
Sígueme.

Y el puente, eterno,
no aguanta el peso de los tres.

Jesús Jiménez Domínguez





martes, 20 de noviembre de 2012

EL CLAVO EN LA PARED

Ayer sostenía con puntual obsesión un cuadro,
acaso un retrato que el camión de la mudanza
se llevó hoy con los demás objetos de la casa.
En su lugar, sobre la pared oscura del salón,
sólo queda la exacta huella de un rectángulo
más claro: un territorio inmaculado, un estado
de beatitud que el clavo-insecto quieto
y solitario-se empeña aún en custodiar.
Ni el óxido, ni la humedad, ni otras manos:
nada podrá arrancarle de su puesto de trabajo,
hacerle abandonar la nueva misión encomendada.
De algún modo, desde lo más profundo de su alma mineral,
el clavo piensa, sospecha, acierta y da en su propio clavo:
ha conseguido el ascenso merecido y ahora el tiempo
le confía su mejor autorretrato, su gran obra maestra.

Jesús Jiménez Domínguez
Frecuencias

jueves, 8 de noviembre de 2012

ESPEJOS


ADVERTENCIAS Y CONSEJOS DEL DOCTOR VAN HELSING CONTRA LA ESPECIE DEPREDADORA DE LOS ESPEJOS

Nadie sabe quien fabrica estos vampiros en serie.
De día nos roban las miradas y los gestos.
De noche nos esconden el día y no piden rescate.
No pasa el tiempo por ellos: ellos son el Tiempo.
Cuando tus espejos tengan hambre dales de comer
cuanto te sobre: una arruga, una ojera, un cansancio.
Nunca quedarán saciados: vuélvelos contra la pared.
A veces, cuando nadie los ve, sufren pesadas digestiones
y entonces devuelven un bocado más de los que tragaron
De nada sirve romper su azogue: se multiplicaran si los divides.
La única manera de matar un espejo es ponerlo frente a otro.
Nadie sabe por qué, pero-al reconocerse-quedan ciegos.

Jesús Jiménez Domínguez
FRECUENCIAS
COLECCIÓN VISOR DE POESÍA

PD Jesús Jiménez Domínguez -Zaragoza 1970-es muy buen poeta. Frecuencias fue ganador del Premio Ciudad de Burgos, probablemente uno de los premios concedidos con mayor justicia. Su libro Frecuencias tiene más valor que precio. 10 Euros.


lunes, 5 de noviembre de 2012

CUMPLEAÑOS

Lo mismo que un sonido no se conduce
con idéntica velocidad en el agua y en el aire,
está probado que los años  no discurren
de igual modo en el corazón y en la cabeza.
¿Alguna vez tu cabeza pensó que tenías cuarenta
mientras tu corazón sentía varios menos?
Por mucho que sumen y repasen sus cuentas
acaban siempre discutiendo sin ponerse de acuerdo.
Lo dijo Émile Chartier de otra forma:
El tiempo es corto para el que piensa.
e interminable para el que desea.

Corazón y Cabeza, extraños vecino que se encuentran
y se saludan recelosos: ciego uno, sordo el otro.
Enemigos íntimos que, invariablemente,
sigo invitando en mis días de cumpleaños.
Sólo un instante coinciden en la escalera:
mientras el primero sube de comprar las velas,
el segundo baja con la digestión ya hecha.

Jesús Jiménez Domínguez
Frecuencias
XXXVIII Premio Ciudad de Burgos.
Colección Visor de Poesía
Aida