miércoles, 12 de septiembre de 2018

LOS PENDOLISTAS

SI para todo hay termino y hay tasa/ y última vez y nunca más y olvido,/¿quién nos dirá de quién en esta casa/ sin saberlo nos hemos despedido? Jorge Luis Borges

M. ejercía de sastre en Tornín. Los domingos se desplazaba en bicicleta a los pueblos de los alrededores, Sames, Següencu, Santianes...a entregar la ropa confeccionada durante la semana y tomar medidas. Cuando salia de casa se despedía esperando cobrar los trajes en dinero. Tenia la despensa llena de chorizos, morcillas, patatas y otras especies con la que los campesinos le pagaban el trabajo cuando no tenían cuartos. En aquella época eran muy común los trueques.  

D. es entrenador de atletas además de profesor de Educación Física. Este año, un poco desengañado, dejó al lado la faceta de entrenador. Considera que la Federación no persigue como debiera los casos de dopaje. Según D. un ejemplo es el tenis, los australianos de los años sesenta tenían más desarrollada la musculatura del brazo con el que manejaban la raqueta, hoy en día los dos lados tienen el mismo desarrollo y eso se debe a los anabolizantes. Nadal cuando empezó a jugar al tenis era diestro y el entrenador, su tío, lo convirtió en zurdo. Los zurdos son más difíciles de defender y tienen un mejor saque. Yo a Nadal le veo más desarrollado el lado izquierdo.

LOS pendolistas eran unas personas que escribían a mano con letra excelente. En el colegio a los niños se nos daba una pluma de madera y un plumín para practicar la caligrafía. De aquella época tengo callo en el dedo medio. Ahora se practica el despendole. Una juez de Sevilla anula una deuda porque la letra del contrato era demasiado pequeña. Las condiciones eran abusivas por falta de claridad. La tipografía de la letra tenia una dimensión de medio milímetro, un tercio del mínimo establecido por ley. 

EL entrenador de atletas está casado con T. Los padres de T. eran de Ll. y emigraron a Cuba. Cuando regresaron a España en los años sesenta se fueron a vivir a Ll. En la isla soñaban con regresar, pero la realidad siempre supera a los sueños, así que la madre de T. le dio un ultimátum al padre o los sacaba de aquel pueblo inmundo o volvía con los dos niños a Cuba, allí por lo menos había váter y agua corriente en las casas. La familia terminó en Madrid donde siguen viviendo.

EL sastre acaba de morir a los 101 años. No hace mucho me contaba M. que no conocía al médico de cabecera. El médico te cura el físico a base de química. M. conocía mucho mejor al vinatero de León que una vez a la semana pasaba por T. y le dejaba una garrafa de clarete que animaba el alma y descomponía las penas. M. era muy aficionado a andar en bicicleta y su madre, a la que no le gustaban nada los ciclistas, cuando pasaban por la Riera, en competición, camino de Covadonga, los apedreaba, solo hacia una excepción con M. Esto último nos lo contó una de las hijas de M. este sábado.   

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