martes, 3 de julio de 2018

EL NERVIO ÓPTICO

El escritor Cees Nooteboom se pregunta: ¿Quién es esta embaucadora prodigiosa capaz de entrelazar la vida de pintores como el fatuo Foujita o el ingenuo Rousseau (El aduanero) con las intimidades de una familia de clase alta venida a menos...? Esta embaucadora se llama María Gainza y El nervio óptico es una primera novela de difícil clasificación pero de fácil definición: deslumbrante. La novela está dividida en once capítulos, cada uno de ellos dedicado a un pintor. El nervio óptico invita al lector a la investigación. Consultar en Internet sobre cuadros o pintores. Pero que nadie se crea que esto va solo sobre arte, la pintura es, como dice la propia escritora, una manera de escribir sobre algo para contar otra cosa. Una vez paseando por un lago su madre le enseñó las reglas de la etiqueta: "Frente a los demás uno debe mostrarse en control: Mira cómo se deslizan esos patos por el agua, tan serenos y elegantes, mientras por debajo patalean como condenados". Alguien se puede preguntar que tiene que ver lo anterior con esta crónica sobre la novela que se desliza serena y elegante ante nuestros ojos mientras por debajo hay un trabajo esplendido de María Gainza, la respuesta está en el libro:"uno escribe para contar otra cosa". Terminar de entender las cosas vuelve rígida la mente. Dreux, Cándido López, Hubert Robert, Tsuguharu Fujita, Courbert, Toulouse- Lautrec, Rothko, Josep María Sert, Rousseau (El aduanero), Augusto Schiavoni. El Greco. 

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