jueves, 12 de octubre de 2017

BESOS A LA LUZ DE LA LONA

Sobreviene una repentina percepción del presente que es el sitio donde todo pasa, así en la vida como en el boxeo, así en el ring como en los cielos. PASO ATRÁS (Gonzalo Suárez).

Besos a la luz de la lona está compuesto por una serie de historias sobre el boxeo. Escribir sobre boxeo es hacerlo sobre perdedores. Para disfrutar de estas narraciones no hace falta que te guste el boxeo, las doce cuerdas, me entero que ahora son dieciséis desde que un boxeador murió estrangulado, son una fuente de inspiración y el ring el lugar donde se desarrolla la batalla por la existencia. Una serie de escritores a golpes de letras y palabras cuentan historias apasionantes. Juan Carlos Onetti, Aldecoa, Juan Villoro, Ray Loriga, Gonzalo Suárez, Jack London, Eduardo Halfon, entre otros, nos hacen disfrutar de un deporte individual en el que el mayor enemigo es la propia sombra. En Jacob y el otro, de Juan Carlos Onetti, un manager vive a costa de un gigante al que pasea por los pueblos. El que aguante más de tres minutos a Jacob recibirá a cambio quinientos pesos. Me gustó la descripción que Juan Carlos Onetti hace de este personaje, que con una sola mirada calcula el peso y la fuerza del rival. El Pequeño, el embajador, fue al Berna para alquilar una pieza, tomar un aperitivo y discutir los precios sin pasión, distribuyendo sombrerazos, reverencias e invitaciones baratas...había nacido para convencer, para crear el clima húmedo y tibio en que florece la amistad y se aceptan las esperanzas. Había nacido también para la felicidad, o por lo menos para creer obstinadamente en ella contra viento y marea, contra la vida y sus errores. Había nacido, sobre todo, lo más importante, para imponer cuotas de dicha a todo el mundo posible. Con una natural e invencible astucia, sin descuidar nunca sus fines personales, sin preocuparse en demasía por el incontrolable futuro ajeno. Así se escriben las historias de Besos a la luz de la lona.  


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