lunes, 6 de febrero de 2017

JOHANN SEBASTIAN BASCH (1)

Johann Sebastian Bach según James Rhodes: 
Si alguien se para a pensar en algún momento en Bach, lo más probable es que imagine a un tío tirando a viejo, regordete, de gesto serio, con peluca, adusto, luterano, aburrido, poco romántico y francamente necesitado de echar un polvo. Algunos consideran que su música está anticuada, que es irrelevante, sosa, plana y, al igual que los preciosos edificios de la Plaza de los Vosgo o Regent´s Park, que pertenece a otros. A una persona así habría que obligarla a vivir para siempre en un anuncio de puros, en la sala de espera de un dentista o entre un público compuesto por octogenarios en la sala de conciertos Wigmore Hall.
 La historia de Bach es asombrosa. 
Cuando tiene cuatro años, sus hermanos más próximos mueren. A los nueve fallece su madre, a los diez también su padre y se queda huérfano. Lo manda a vivir con un hermano mayor que no lo soporta, que lo trata de culo y no le deja centrarse en la música, que tanto le gusta. En el colegio lo acosan de forma tan continuada que acaba faltando más de la mitad de los días parar evitar las habituales palizas y otras cosas peores. De adolescente recorre a pie varios cientos de kilómetros parar estudiar en la mejor escuela de música que conoce. Se enamora, se casa, tiene veinte hijos. Once mueren muy pequeños o al nacer. Su mujer muere. La muerte lo rodea, lo atrapa.

INSTRUMENTAL
JAMES RHODES

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