viernes, 9 de diciembre de 2016

EL CUADERNO GRIS

En el cuaderno gris el lector hallará en cualquiera de sus paginas un chispazo de genio, una insólita formula expresiva, una observación certera del detalle real, un rasguño de humor inolvidable. En esta páginas hay de todo: innumerables notas de viaje, juicios políticos, consideraciones intelectuales, criticas literarias etcétera. Pero lo que más abunda y rebrilla son sus paisajes, sus retratos y sus instantáneas en las que el instante queda detenido y aprisionado en la misma condición de su fugacidad.
Dionisio Ridrujo
Alella, 1973

A primera hora de la mañana, hace a veces tanto calor que se pone sobre el agua como una calígine de color grisáceo. Estas brumas caniculares sobre el mar en calma, enjabonado, se mantienen, a veces, inmóviles un largo rato. Hacen ver extraños espejismos. Pero si entra un poco de viento, la calígine se diluye, se deshace en la vaguedad del cielo y el mar.
En el momento en que la bruma se diluye se ve salir, como una aparición, una vela que pasa, una gaviota agitando las alas sobre el agua. La sorpresa es impresionante. Es como si estas cosas hubiesen nacido del mar.
La gaviota-las gaviotas-circundan redondeles puros, tocando el agua con una punzada del pico. Pasa zumbadoras chillando y se llega a escuchar el batir de las alas. Deben de sentir un estremecimiento de placer cuando el desorden del espumaje deja entrar, hasta el calor de la piel, la salpicadura del agua salada.



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