jueves, 3 de noviembre de 2016

YO, DANIEL BLAKE

"Me llamo Daniel Blake y soy un ser humano" La película empieza con un fundido en negro en el que alguien hace unas preguntas absurdas del tipo: "puede subir los dos brazos a la altura de la cabeza para ponerse un sombrero". Daniel Blake responde a una evaluadora encargada de concederle una pensión por incapacidad permanente. Una empresa privada americana se encarga de las evaluaciones, y, como era de esperar, se la deniegan. Nada tiene que ver la velocidad con el tocino, ni el corazón con el sombrero. Daniel Blake sufrió un infarto que según los médico lo incapacita para trabajar. En la oficina de empleo le obligan a buscar un trabajo. Internet en su laberinto. Sí quieres excluir a alguien del sistema lo mandas al embrollo on line y terminará por arrojar la toalla. En una de las visitas a la oficina de empleo se cruza con una joven y sus dos hijos al borde de la exclusión social lo que da lugar a una historia de solidaridad. No todo está perdido en las tinieblas tecnológicas siempre habrá un ángel que te echará una mano. Puro Ken Loach.     



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