jueves, 13 de octubre de 2016

LLAVES QUE ABRIERON CASAS

Martes, 27.-Viviendo tanto tiempo en el mismo edificio va uno acumulando llaves de vecinos que nos las han confiado. En un cesto guardamos varios llaveros con llaves...Llaves que abrieron casas en fiesta, llenas de ruidos y sombras, de libros y dibujos, casas con olor a manzanas, con paredes llenas de cerámicas azules, casas con  con una luz de domingo y el aroma como una nube de fieltro de un café humeante en tardes de invierno. Llaves que abrieron puerta a dueños olvidadizos que dejaron las suyas olvidadas. Llaves de guardia, siempre preparadas para salir a la ayuda de la puerta cerrada  por un golpe de viento, un descuido o una sinrazón. A veces destapamos la cesta y mientras que la luz entra a raudales y se arruga entre los pliegos del raso rojo vamos recordando, como quien recuerda una guerra, cada uno de los llaveros que llevan un nombre y un número y que nos recuerdan a sus dueños que ya no están, que ya no pueden abrir las puertas de la casa donde pasaron parte de su vida y fueron felices, vecinos que fueron parte de nuestras vidas y de quienes ahora lo único que tenemos son sus llaves que descansan, sin vida, envueltas en un paño de verdín florido, en el cesto con fondo de raso rojo. Vino una vecina indeseable con una llave de avaricia que cerró las puertas de sus vidas para siempre, tirando sus llaves al pozo negro dejándonos un racimo de llaveros que ya no sirven para nada. Todas las puertas han cambiado de cerraduras.

Octubre 2013

DIARIOS (2012-2013)
HILARIO BARRERO
LA ISLA DE SILTOLÁ

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