miércoles, 14 de septiembre de 2016

CELA, PIEL ADENTRO

La primera edición de Cela, mi padre se publicó al día siguiente de la concesión del Premio Nobel, el veinte de octubre de 1989. "Un reportero sagaz me preguntó si lo había escrito en una noche. Le contesté que no, que era al revés, que había llamado a Estocolmo para decir a los académicos que no concedieran el premio hasta que yo terminase de escribirla". La editorial había pensado sacar la novela por Navidad pero la anticipó y esa primera edición se agotó en un día. Camilo José Cela Conde reescribe ahora aquel libro dedicado a su padre con el título de Cela, piel adentro. La diferencia fundamental con la anterior son las cartas dirigidas a la que luego sería su esposa Charo Conde. El libro esta lleno de anécdotas protagonizadas por Camilo José Cela. Entre los amigos del Café Gijón estaba Manolito el Pollero (quien apareció en la tertulia advirtiendo que él también vivía de la pluma porque tenía dos pollerias en la calle de Tetuán). La Catira le supuso al escritor tres millones de pesetas de la época. Una fortuna. Hasta entonces llegar a final de mes era un milagro en forma de cocinera. "Por fortuna María Hortigüela, la cocinera, había heredado unos dineros de una antigua señora suya y nos prestaba lo necesario para llegar a fin de mes". El suministro de alimentos estaba racionado, el aceite negro y solido (los rumores sostenían que era de coco) se despachaba envuelto en papel de estraza. En la novela se recogen algunos episodios desternillantes como las cartas que se cruzaron el director general de Prensa Tomás Cerro con el de Propaganda Pedro Rocamora sobre "La familia de Pascual Duarte". Este último la leyó en avión de vuelta de Barcelona. "Después de llegar a casa me sentí enfermo. Mi familia lo atribuía al avión, pero yo estoy convencido que tenía la culpa Cela. Realmente es una novela que inevitablemente predispone a las nauseas". En definitiva, Cela, piel adentro, se lee con placer, no solo por lo que cuenta del escritor, que es mucho, sino también por la España que sale en las primera parte del libro. Con mucha clase Cela Conde ignora a la segunda esposa.


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