miércoles, 22 de junio de 2016

INTERCAMBIO DE PAREJAS

"Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo"
Groucho Marx

No es lo mismo pertenecer a un club que fundarlo. Los jueves, La Nueva España trae un cuadernillo con noticias del Arzobispado de Oviedo. El domingo, ese lugar sagrado fue profanado por un reportaje- "Matrimonios de cama abierta"- en el que se habla de un club de intercambio de parejas. Imaginemos que una mujer y un hombre fundan un club. La imaginación es como la presunción de inocencia, y, en cuestiones de sexo mucho más. Una vez fundado el club echas la caña y siempre hay alguien que pica. La Sociedad Anónima Adán y Eva es un negocio, de cama, redondo; echas polvos, ganas dinero y entras en Paraíso Terrenal por la puerta grande. Por una módica cuota mensual, los miembros y miembras, además de intercambiar parejas tiene acceso a jugosas ofertas: "Trae una de cincuenta y te la cambiamos por dos de veinticinco" "Si traes dos de veinticinco entras gratis". Uno, que está buscando su lugar en el mundo, se está planteando cambiar la Fe por la Mary Fe, que está mucho más guapa desnuda que un testigo de Jehova vestido. Qué se puede esperar de una religión en la que sus feligreses visten como si estuvieran desahuciados antes de tiempo. Intentaré colarme en el club en alguna jornada de puertas abiertas.

Buscando la salida

1 comentario:

  1. Desde luego que lo probaremos porque tengo muchas ganas de disfrutar de diferentes opciones sexuales, seguro que me lo paso genial

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