domingo, 20 de marzo de 2016

LA LEY DEL MENOR

Cuando su matrimonio se derrumba, la jueza de familia Fiona Mayer, encuentra refugio en los problemas de los demás. Un hospital solicita la intervención de Fiona en el caso de Adam Henry un testigo de Jehová, menor de edad, que se opone junto con sus padres a una transfusión de sangre. Dos medicamentos administrados contra la leucemia que padece producen anemia que solo se puede contrarrestar con una transfusión de sangre. En un lado la ciencia en el otro las creencias religiosas. Fiona acude al hospital para entrevistarse con Adam y dictar sentencia. Impecable. Ya quisieran muchos jueces hacer una redacción como la que pone Ian Mcewan en boca de la juez. En el año 2000 el juez Alan Ward fue uno de los tres miembros del tribunal de apelación de Londres que tuvo que tomar la decisión de sacrificar a una de las dos gemelas siamesas, Jodie y Mary, para salvar a la otra. "Este tribunal es un tribunal de Derecho, no de moralidad, y nuestra tarea ha consistido en buscar, y nuestro deber es aplicar después, los principios pertinente de la ley a la situación que analizamos y que es única".  Pero aquí tropezamos con la iglesia. El arzobispo católico de Westminster, Cormac Murphy, apuntó que la sentencia sentaría un peligroso precedente "al permitir a otros médicos matar a un inocente para salvar a alguien". No voy a desvelar la resolución de la sentencia porque eso pertenece a la trama de la novela. Es muy difícil escapar del destino propio. Novela absolutamente recomendable y una de las mejores del 2015.



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