domingo, 13 de diciembre de 2015

¡LLEGARON!

-Pensé que eran muy felices.
-Mucho. Tanto que no nos dábamos cuenta de nuestra desdicha.

Una familia como la de Fernando Vallejo da para muchas novelas. Fueron veinticuatro hermanos. Qué nadie busque realismo mágico en ¡Llegaron! lo mágico es que exista una familia como los Vallejo. En Cien años de soledad vuelan mariposas amarillas, personas y flores. En ¡Llegaron! lo que vuelan son cuchillos. Con una madre lenguaraz y un padre pobre pero honrado, rodeado de ladrones, que lo único que dejó por herencia fue la honradez. Anibal Vallejo fue abogado y ministro. El libro se abre y se cierra con dos exclamaciones ¡llegaron! y ¡se fueron! esto último con expresión de alivio de la abuela Raquel. Éramos el tifón, el huracán, el tornado, y habíamos llegado a destruir. Lo que estaba bien lo dañábamos lo que estaba mal lo empeorábamos  y lo que estaba aquí lo poníamos allá. Si teníais pensado regalar por Navidad este libro olvidaros, a no ser que odiéis la Navidad. Vuelvo a Cristo, el enemigo de los animales que se creía Hijo de Dios y que en buena hora extirparon los judíos como una excrecencia de su raza. ¡Cuanto le debe a este pueblo eternamente perseguido la humanidad!
Desde que llegaron hasta que se fueron disfrute y me reí mucho leyendo el libro donde no queda papa con mitra, rey con corona y político con escaño. No se libra ni Dios. ¡A trabajar cabrones! y dejad de pedirle a Dios que el viejo está muy ocupado jugando al prende y apaga con las galaxias. 

-¿No perdona usted nunca?
-A veces olvido.
-He ahí el verdadero perdón.
-¿No será más bien el mal de Alzheimer?

El de las gafitas es Fernando

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