viernes, 21 de agosto de 2015

LA ÚLTIMA NOCHE EN TREMORE BEACH

Esta novela la leí, aunque él no lo sepa, por recomendación del que fuera Secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky. Estando el otro día en la Beach de Toranda llegó una expedición de hombres y mujeres. Ellos con la ley de igualdad en la mano y ellas con sillas, sombrillas y toallas. Una vez que las mujeres desplegaron el instrumental, Lissa y llanamente se echó sobre una de las toallas mientras, su amigo Rubalcaba, se sentaba en la silla. Aproveché que Lissavetzky y Alfredo Pérez se fueron a dar un chapuzón para fijarme en el Libro que estaba leyendo Jaime y que había dejado como una lagrima en la arena. El mal camino de Mikel Santiago. Me dio ganas de decirles a la mujeres que el próximo día fueran por el buen camino de la playa de Torimbia, que es nudista, y no hace falta llevar ni bañador. Hay un problema, dijo mi santa, dónde lleva la pistola el guardaespaldas. "Qué lleve la tranca en la mano, como todos". Mi mujer es del plan antiguo y la sombrilla, silla y paypay las llevó yo. Ella lleva La Razón de Francisco Marhuenda.
¡Y de la novela qué! Para conocer al autor empecé leyendo su primera novela. La última noche de Tremore Beach, un thiller trepidante, donde se mezclan fantasía y realidad. Es una novela muy recomendable para el verano. Me gustó.  

Playa de Torimbia

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