En Nivelas de vida, la última novela de Julian Barnes, se cuentan tres historias que, aparentemente, nada tienen que ver entre sí. La aventura de vivir es el hilo invisible que las une. En El pecado de altura se habla de los pioneros de la navegación en globo y de la ilusión por coger el viento favorable que te lleve hasta ese lugar solo colonizado por Dios donde se respira aire ligero y delicioso. En lo llano se relata la pasión que el coronel Británico Fred Burnaby sintió por la actriz Sarah Bernhart con la que se quiso casar. Ésta le rechazó; no estaba echa para la felicidad. En la última de las tres historias- La perdida de la profundiza -el escritor narra la perdida de su mujer. Cada historia de amor es en potencia una historia de aflicción. Si no al principio, más tarde. Si no para uno, para el otro. A veces para ambos. Al final uno se da cuenta de que la vida transcurre a ras de suelo y, qué por mucho que nos elevemos, siempre terminaremos bajo la tierra.
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