martes, 19 de agosto de 2014

LOS POBRES

En mi infancia había muchos pobres recorriendo los pueblos con lo poco que tenían a cuestas. Josefa y Tito vivían en El Siete de Amieva; el séptimo túnel para acceder al canal que comunica el embalse de la Jocica con la central del Restallu. Tito trabajaba en la central. En el Siete los visitaba con frecuencia un lañador. En aquella época los lañadores eran personas ambulantes que recorrían los pueblos haciendo reparaciones en los objetos de loza, porcelana o metal. Josefa lo sentaba a la mesa y le daba de comer en los mismos platos que a los demás miembros de la familia, un día, agradecido por el detalle, le confesó que en otras casas le ponían un plato que tenían en lugar aparte. Lo que no sabía el vagamundo era que el plato de metal estaba escachado por debajo. Josefa que tiene noventa años me lo contaba hace poco entre risas. La misma risa que me produjo, cuando en pleno centro de Oviedo, un "mendigo" o mejor dicho, un profesional de la mendicidad con más de cien Kilos de peso, me pidió una ayuda para comer. Hubiera tenido más éxito pidiéndome una ayuda para dejar de comer.  


1 comentario:

  1. No era una imagen muy frecuente, pero si los he visto a los lañadores poniendo lañas en las aceras. Mi abuela tenía una sopera con tres lañas. Era todo un arte.

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