lunes, 14 de julio de 2014

MONASTERIO

El escritor Eduardo Halfon, descendiente de judíos libaneses y polacos, es guatemalteco por error ya que sus abuelos huyendo del horror nazi desembarcaron en Guatemala creyendo que era Panamá donde tenían unos parientes judíos. Eduardo y su hermano acuden a Jerusalén para asistir a la boda de una hermana con un judío ultraortodoxo neoyorquino. Halfon, un Judío a tiempo parcial, viendo lo más fanático del judaísmo abandona cualquier intento de conseguir la vida eterna por medio de Doctrinas fundamentalistas, sacrificios terrenales o lecturas increíbles. Cada persona puede elegir los métodos que quiera para conseguir  la salvación pero al final todos conducen a lo mismo, el autoengaño. Así que lo mejor, si tienes alguna esperanza en el más allá, es utilizar el sistema menos sacrificado en el más acá, por ejemplo: contar nubes. Qué no se te olvide el casco, no vaya a ser que se desprenda alguna y subas directamente al Reino de los cielos sin pasar por el Hospital Central. Tiene unos accesos tan malos que se llega antes al cielo que a Urgencias. Según el autor, al final no se salva nadie. Afortunados los malos porque de ellos será el Reino del Infierno donde no habrá ni curas, ni rabinos, ni HariKrisman.¡Qué menuda turra que dan! 

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