jueves, 3 de abril de 2014

ESTRAPERLO y (2)

La República de 1931 refrendó la prohibición de los juegos de azar y la clausura del famoso Casino de San Sebastián y de otros antros abolidos por la Dictadura de Primo de Rivera. En 1935, estando en el gobierno de la República el corrupto partido radical con algunos ministros de la CEDA llegan a España dos emprendedores holandeses los señores Strauss y Perl, inventores de un nuevo juego de "destreza" llamado "Estraperlo". Repartiendo abundantes obsequios entre varios encumbrados personajes del gobierno y parlamento, obtienen la autorización para reabrir el Casino de San Sebastián. Pero cuando aparecen los avisos de la inminente inauguración, toda la prensa opositora, tanto la republicana como la ultraconservadora y monárquica, pone el grito en el cielo protestando contra el atropello a las leyes y logra que el gobierno retire  la autorización dada a Strauss y Perl. Los protectores de estos, les aconsejan que no se desanimen, que tengan paciencia y que en breve plazo y mediante nuevos obsequios se podrá volver a la carga con todo éxito. La opinión publica, les dicen, no se conmueve ni escandaliza dos veces seguidas por la misma causa, Pero cuando poco después, la prensa anuncia la próxima inauguración del "estraperlo", no ya en San Sebastián, sino  en Formentor Mallorca, vuelve a producirse la misma violenta reacción opositora que la vez anterior y el gobierno se ve nuevamente obligado a prohibir el juego. Esta vez los señores Strauss y Perl, habiendo ya perdido muchísimo dinero en sus dos tentativas y no teniendo ya nada que perder, se toman la venganza: publican en la prensa opositora una especie de carta abierta a la opinión pública explicando que todo lo que hicieron en España fue ajustándose a los consejos e instrucciones recibidas de altos funcionarios del régimen y, lo que es peor, revelan una larga nómina de diputados, gobernadores, y otros dignatarios especificando los obsequios que dieron a cada uno y que consisten en fuertes sumas de dinero, relojes de oro etc. El escándalo provoca no solo la fulminante crisis y caída del gobierno, sino la desaparición del otrora poderoso partido radical, amén de dar pábulo a los más jocosos comentarios en la prensa mundial. El Próximo paso será la disolución de la Cortes y la convocatoria a nuevas elecciones, en febrero de 1936, ganadas por el Frente Popular.

CONFESIONARIO DE PAPEL
MARIANO RAWICZ
EDITORIAL COMARES



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