miércoles, 5 de marzo de 2014

MATA- HARI

Vivió en el
filo de la espada:
tembló la hoja.
M.

Mata-Hari  fue una elegante espía alemana que cuando iba a ser fusilada pidió al capitán que le dejara su sable, y, mirándose en la hoja como si fuera un espejo se pintó los labios. Será una leyenda, pero tan guapa, que merecería ser realidad. Lo único que parece probado es que antes de ser ejecutada lanzó un beso de despedida a los doce soldados del pelotón de fusilamiento, solo cuatro acertaron, uno de ellos en el corazón. En el año 1916 cuando volvía de Alemania, un aduanero francés le susurró al oído que la estaban esperando para detenerla, así que continuó viaja y desembarcó en Gijón. La leyenda dice que estuvo tomando una botella de Sidra en El Fugitivo y que al día siguiente hizo el saque de honor del partido Sporting- R.Madrid, 5-0. Mata-Gigantes. Para celebrarlo fue Al Oasis a bailar la danza del vientre: Hari me Mata. En Gijón hay una calle en su honor Mata-Jove.     





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