viernes, 22 de noviembre de 2013

RICARDO BAROJA y (2)

Al tiempo de preparar la boda mi tío se encontró sin un cuarto. Entonces de una manera un poco unilateral, decidió que para tener dinero fresco en mano había que vender la panadería. En realidad, la panadería era de mi abuela, no de sus hijos. Mi abuela cedió y se vendió al gerente Manuel Lence, que no deseaba otra cosa, por una cantidad en firme  y varios plazos, no muy largos. Tuvo mi tío dinero abundante; pero ni a mi abuela le quedó buen recuerdo de la operación. Creo que mi tío Pío tampoco le perdonó a su hermando la forma de resolver el asunto del casorio y bueno será decir que tampoco le gustaron la boda, ni la novia. El caso es que mi tío Ricardo y su mujer empezaron a vivir en casa, tanto en Madrid como en Vera, de modo bastante dispendioso. Ella era caprichos, voluntarioso. Se casó contra la voluntad de su padre. No tenía buena idea de los pintores. Pero pronto cambió de opinión y se hizo amigo de él. Pero murió. Mi tía con más dinero de la herencia, se desbocó algo y mi tío no la frenó.
Durante unos años vivieron con chófer y tres muchachas, unas paletas de de la parte de Sotillo de la Ribera, que se consideraban muy superioras a las otras de casa y que hacían discriminación total. El Chofer era un madrileño de estos que no pueden alimentarse más que de café con leche y "bistés". En Vera tierra de buen comer, tenía siempre conflictos con la comida. Por lo demás era un buen hombre y su padre resultó inventor y enemigo de la esfericidad de la tierra. El tiempo del Buick pasó también.

Los Baroja
Julio Caro Baroja
RBA

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