viernes, 21 de septiembre de 2012

JOSÉ ECHEGARAY Y (2)

A raíz del triunfo del El gran galeote, el Ayuntamiento de Madrid dio el nombre de calle de Echegaray a la vieja calle del Lobo. Lo que sirvió para que Valle-Inclán en su tertulia de Fornos dijera:
-¡Qué inteligentes son los carteros de Madrid!
Los reunidos miraron un poco extrañados a Valle, quién peinándose con los dedos, en un gesto muy suyo, las negras barbas, continuara, seráficamente.
-Sí. hace día envié una carta a un amigo que vive en la calle de Echegaray, puse en el sobre esta dirección: "calle del Viejo Idiota", y la carta ha llegado sin novedad. Son muy inteligentes los carteros de Madrid.
Antonio Palomero hizo observar socarronamente que Echegaray no sería tan malo cuando le acaban de conceder el Premio Nobel los sabios de Suecia. Valle-Inclán, rápido, contestó:
-¡Cómo! ¿No sabéis? Le debe el premio al general Polavieja. Sí, si. No os riáis. Echegaray es un escritor que entusiasma al generalato. Polavieja fue el encargado de hacer saber a la Reina Madre el gusto con que el ejercito vería la concesión del Nobel a Echegaray. Y la Reina se lo ha pedido, como favor especial, al rey de Suecia..
-Algo, algo he oído yo de eso-dijo con su vivacidad acostumbrada el músico Vives-. Pero parece que ha habido dificultades...
-¡Ya lo creo!- saltó de nuevo Valle-Inclán-. Como que al saberlo Leopoldo Cano, en su calidad de poeta y de teniente general, se fue a ver a doña María Cristina para que le diese el premio a él. Y hasta amenazó con un pronunciamiento. Pero ya era tarde.
A petición de sus amigos y para regocijo de cuantos le escuchaban, don Ramón prosiguió recitando verso de Echegaray.
 Las tertulias de Madrid 
Antonio Espina

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