lunes, 27 de agosto de 2012

EL QUE MENOS TRABAJÓ EN LA CORTE DE LUIS XV

El que menos trabajó en la corte de Luis XV durante treinta y ocho años fue su confesor. El veintisiete de Abril de 1774 el rey, encontrándose de caza sufre un desfallecimiento y fuertes dolores de cabeza, regresa a Trianón su palacio favorito. El rey sufre !Las viruelas! En la cabecera de su cama está su amante la Du Barry. Cuando los médicos dan por perdido al Rey, le toca el turno a los sacerdotes pero estos, exigen antes de acercarse a su lecho que muestre su arrepentimiento y, para ello tiene que alejar de su lado a la concubina.
Una vez que Du Barry es alejada de palacio su confesor penetra en el dormitorio regio y al cabo de diecisiete minutos, medidos con toda exactitud por sus cortesanos, se abre la puerta y sale el confesor,  al que creyó durante estos años estar por encima de las leyes de la iglesia se le exige, antes de darle la absolución, que se arrepienta de sus pecados en publico.
Así que el Cardenal desde la antecámara del moribundo dice a toda la corte reunida lo siguiente: "Señores, me encarga el rey que les diga que pide perdón a Dios por todas las ofensas que contra Él ha cometido y por el mal ejemplo que ha dado a sus súbditos. Si Dios volviera a darle salud, promete hacer penitencia, proteger la fe y aliviar la suerte del pueblo". Brotando del lecho se oye un leve quejido y un murmullo que solo perciben los más próximos: "Querría haber tenido fuerzas para decirlo yo mismo"  
El rey es un cadáver hinchado y ennegrecido por la enfermedad y muere el martes 10 de Mayo de 1774.
"¡El  rey a muerto viva el rey!

María Antonieta
Stefan Zweig

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