lunes, 2 de julio de 2012

MIGOGAY EN EL MUSEO EVARISTO VALLE





Si el alma no deja huella entonces como capturar ese aliento que se nos escapa. Migogay pensó en el humo que dejaba  formas negras en los techos de las casas antiguas. El alma puede ser una idea, la que el artista tiene en su mente y quiere representar en un lienzo. Cuando esa idea le ronda por la cabeza al artista no descansa hasta que la vea realizada sin acordarse de algo tan material como comer. Para hacer las composiciones de sus cuadros, Migogay los cuelga del techo lo que le obliga a mirar hacia arriba y con una mano maneja una bengala y con la otra va girando el lienzo y componiendo diferentes figuras con el humo que producen las antorchas. Una vez terminado este proceso sitúa el cuadro sobre la mesa y por medio de diferentes capas de Sprays, ceras y barnices, acompañado de gasas, consigue el efecto de transparencia con el que pretende representar aire y alma. Miguel va evolucionando en su arte, no quiere que lo encasillen,  para sus primeros cuadros utilizó elementos de la naturaleza, como arena y ramas, luego optó por chapas que recogía en las playas cercanas a ciudades industriales como Avilés, principalmente en Xagó y por último, el fuego. Cuadros los de esta ultima serie cargados de fuerza y colorido. Para esta nueva exposición el autor se tuvo que aislar para romper con todo lo anterior y se refugió en los Picos de Europa. Cada persona que mira los cuadros los ve de una manera diferente, nebulosas, alas de cisne, incluso un paisaje. En algunos cuadros se nota su profesión de arquitecto con unas composiciones en las que busca las formas cuadradas que dan una sensación de estabilidad. Migogay pasó de ser un joven con futuro a un artista con presente.
Museo Evaristo Valle
 

5 comentarios:

  1. jjjjooooo Mino, mejor imposible, me encanta seguro que si lo ve sin nombre sabe que estas hablando de el, me encanta felicidades eres un escritor nato

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  2. Asi de bien escribe quien ama leer! Apreciamos Mino!

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    1. Pues sí, lo que escribo, bien o mal, más bien mal, es gracias a lo que leo.Vamos que escribo de oído.

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