martes, 24 de julio de 2012

EL SASTRECILLO VALIENTE

El Sábado Santo de 1911 en la sastrería de Francesco Cristiani en Maida (Sicilia) ocurrió una desgracia, encima de una mesa aparecieron unos pantalones con una rotura de una pulgada en la rodilla izquierda hecha por un aprendiz con unas tijera. Los pantalones eran del mafioso Vicenzo Castiglia que iba ha estrenar para la Passeggiata de Resurrección el acontecimiento más ostentoso del año para los varones del sur de Italia. Mientras sus colegas le aconsejaba que cerrara la tienda alegando una enfermedad, Francesco anunció a sus empleados con voz lúgubre "Hoy no hay siesta que todos piensen en como vamos a solucionar el problema. Pasados unos minuto Cristiani se levantó y chasqueando los dedos dijo, ya se lo que podemos hacer, darle otro corte en la rodilla derecha del pantalón. ¿estás loco? lo interrumpió el sastre más veterano del taller. ¡Déjame terminar, imbécil! Después cierro los cortes de los pantalones con costuras de adorno idénticas, y más tarde le explico al señor Castiglia que es el primer hombre en esta parte de Italia que se pone unos pantalones confeccionados a la última moda, la moda de las rodillas con costura. Pero maestro cuando le presente esa "nueva moda", se dará cuenta de que no la llevamos ni nosotros. Buen argumento ¡pero si la vamos a llevar! nos abriremos un corte en los pantalones que guardamos en el armario de las viudas. 

Durante las dos horas siguienteas todos trabajaron en febril silencio. A las cuatro y veinte minutos del Sábado un coche negro tirado por dos caballos paró con mucho ruido delante de la tienda. Después de que el cochero se apeara de un salto a abrir la portezuela, la morena y robusta figura de Vicenzo Castiglia bajó los dos peldaños hasta la acera, seguida de la de un tipo delgado, con un sombrero de ala ancha, capa larga y botas con tachones.
-¡Su espléndido traje de Pascua está esperándolo! le dijo Cristiani dándole la mano.
Vicenzo se encerró en el probador, mientras los sastres se paseaban de un lado a otro de la tienda, pero Cristiani se quedó cerca, silbando entre dientes. Por fin una voz bronca bramó al otro lado de la puerta:
¡Maestro! ¡¡Maestro! "¿Che avete fatto qui?
-¡Ay cuanto me decepciona! No se da cuenta que lo que hice fue introducirlo a usted en el mundo moderno, donde pensaba que debería estar. Lavar la testa al´asino e acqua persa. Lavar la cabeza al asno es desperdiciar el agua canturreo Cristiani.
-¿Esto es la última moda?
-Sí efectivamente-le aseguró Cristiani.
¿Donde?
-En las grandes capitales del mundo
-Pero ¿no aquí?
-Todavía no -le dijo Cristiani-.Usted es el primero entre los caballeros de la región.
¿Y por qué la última moda en la región tiene que empezar conmigo?
- En realidad no ha empezado con usted, dijo alzándose una pernera por la rodilla: Véalo usted mismo.
El señor Castiglia bajó la vista y examinó las rodillas de Cristiani y al darse la vuelta para inspeccionar , vio cómo los otros sastres, uno tras otro, levantaban una pierna y, con una inclinación. señalaban las ya familiares alas de ínfimo pajarito.
-Ya lo veo. Y veo también que le debo presentar mis disculpas. A veces un hombre tarda en apreciar lo que está de moda.
Por último, tras estrecharle la mano a Cristiani y saldar la cuenta (pero sin cara de querer quedarse un momento más en ese sitio donde había puesto de manifiesto su inseguridad), el señor Castiglia llamó a su obediente y mudo guardaespaldas y le entregó el traje viejo. Luciendo el traje nuevo y habiéndose ladeado el sombrero, el señor Castiglia enfiló hacia su carruaje, a través de la puerta que mi padre había abierto de par en par.
Los sastres valientes de Maida

P.D.Este es un resumen del relato "Los sastres Valientes de Maida" de Gay Talese  que está recogido en el magnifico y entretenido libro "Retratos y encuentros". El aprendiz que causó el desastre era el padre del autor, Joseph Talese.
Joseph Bonano en 1936(el aprendiz)

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