lunes, 5 de marzo de 2012

LA SEGURIDAD SOCIAL EN LOS TIEMPOS DE MARK TWAIN



Bajando la ladera del bosque por la parte izquierda se encontraban los columpios. Estaban hechos con cortezas sacadas de los nogales jóvenes. Cuando se secaban y perdían elasticidad eran peligrosos. Normalmente se rompían cuando un muchacho se encontraba en el aire a cuarenta pies de altura, y ésa era la razón por la que tenían que componerse tantos y tantos huesos cada año. Tenia ocho  primos,  y en una u otra ocasión se llegaron a romper catorce brazos en total. Pero aquello no costaba casi nada, pues el médico trabajaba por una iguala anual: veinticinco dólares por toda la familia. Recuerdo a los dos médicos de Florida: Chowning y Meredith. No sólo atendían a la familia completa por veinticinco dólares  al año, sino que también proporcionaban las medicinas. Sólo las persona más grandes podían tragar una dosis completa. El aceite de castor era el principal brebaje. La dosis era medio cucharón de aceite con otro medio de melaza de Nueva Orleans añadida para ayudarle a pasar y que supiera bien, lo que nunca ocurría.
La siguiente preferencia era el colomel; la siguiente, el ruibarbo; y la siguiente la jalapa. También sangraban al paciente y le ponían cataplasmas de mostaza. Era un sistema  terrible y, sin embargo, la mortandad no era elevada. El colomel se empleaba para que salivase el paciente  y generalmente le costaba alguno de sus dientes. No había dentistas. Cuando los dientes tenían caries o dolían por cualquier causa, el doctor solo sabia hacer una cosa: agarraba las tenazas y los sacaba.
A los médicos no se les llamaba en casos de enfermedades corrientes: la abuela de la familia se encargaba de ellas. Cada mujer mayor era un médico y recogía sus propias medicinas en el bosque y sabían componer dosis que revolvían las entrañas al más templado. Y luego estaba el "médico indio": un grave salvaje, un resto de su tribu, profundo conocedor de los misterios de la naturaleza y de las secretas propiedades de las hierbas curativas. La mayoría de los montañeses tenían gran fe en sus poderes y podían referir curaciones maravillosas conseguidas por él.

MARK TWAIN
AUTOBIOGRAFÍA
ESPASA ÓRBITAS

8 comentarios:

  1. -Ministra de sanidad: Muy buenas ideas (Ana Mato)
    -Miner tal y tal: ¡Ay Mato, Mato, Mato! Qué poco me gusta tu apellido.

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  2. Interesante.
    Quien no tien güela, ni "médicu indiu". ¿Cómo nos arreglaremos?. Porque según vamos, nuestra S.S.....¡Y con poques perres pa lo privao...!
    La renovación de foto, un aciertu. Ya le pasé recao a la "censura".

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    1. Pero tiene a Mato, lo más barato...en sanidad. Y pa hacer el indio estoy yo.

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  3. Eso tu dando "idees".....aunque seguro que ni así, se conformaban estosssss

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  4. Ay Dios mio...mi abuela contaba historias como èsta..sì que igual no nos van a proponer algo parecido...

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    1. Para el dolor de barriga, decía la tía de mi madre, anís de Guinda o ginebra. Por no leer en el prospecto los efectos secundarios. Hoy soy aficionado al Gin tonic.

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    2. Como reconstituyente la QUINA SANTA CATALINA y un huevo..... No penséis que es lo que cuesta (estáis muy obsesionados con el pago)un huevo de gallina, así que para el bajón de la primavera ya sabéis al colmado por el "frascon" y a sacar el vaso de la "alacena". Tal como vamos ¡fuera los supermercados y las cocinas de acero!y preparad la palomilla para poner la tele que cualquier día se pone de moda la musica del NODO

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    3. Eso, Eso; Quina, como reconstituyente y Güisqui pa la circulación. Esoesoesoeso.

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