jueves, 3 de noviembre de 2011

MORIR CON ELEGANCIA




Cuenta Montaigne la instructiva historia del soldado viejo y decrépito que aborda a un César romano. El hombre había servido en otro tiempo a sus órdenes y ahora pide permiso para liberarse de su penosa vida. El césar mira al soldado de arriba a abajo y le pregunta, con el áspero ingenio que parece inspirar la jefatura:
"¿Qué te hace pensar que es vida lo que tienes en este momento?"


A PERRO FLACO TODO SON PULGAS

Mozart escribe a su padre:
"Probablemente ya sabrás que el ateo y granuja redomado  Voltaire ha muerto como un perro. Como un animal, ¡Ya tiene su recompensa!
A la hora de morir Mozart articuló el sonido de los timbales de su Réquiem, cuya partitura inacabada tenia abierta en la colcha de su cama.

Pau Casals admiraba más a Beethoven que a Mozart que era un gran artista con temperamento de cortesano. En cambio Beethoven tuvo la superioridad de haber sido no sólo un gran artista, sino un hombre de cuerpo entero, un ejemplo de dignidad humana.
Por cierto, se cree que Beethoven perdió el oído por su afición al pescado de río. Cargado como iba de metales pesados procedentes de la floreciente industria renana, los metales se acumularon en partes de su cuerpo, especialmente en el sistema nervioso, produciendo daños sensoriales. Quizá su carácter irritable se debiera a la intoxicación.

 Voltaire se vigiló el pulso hasta el momento en que movió la cabeza lentamente y, unos minutos después murió. Ningún cura a la vista

LA MOSCA DETRÁS DE LA OREJA.

El padre de Toulouse -Lautre, un conocido excéntrico, fue a visitar a su hijo y, en vez de antender al enfermo, se puso inmediatamente a intentar atrapar a las moscas que circulaban por la habitación. El pintor, desde la cama gritó: "¡Viejo estúpido de mierda!" y a continuación reclinó la cabeza y murió.


NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDAS HACER HOY

Los Zola se acostaron y cerraron la puerta con llave, fieles a su supersticiosa costumbre. El combustible sin humo de la parrilla desprendía humo, bueno monóxido de carbono. Por la mañana , cuando las criadas tiraron la puerta abajo, encontraron al escritor muerto en el suelo y a Alexandrine -que se libró de la concentración letal de  los efluvios por unos cuantos centímetros de distancia- inconsciente en la cama.
El cuerpo de Zola estaba aún caliente y los médicos intentaron revivirle mediante el procedimiento utilizado cinco años antes con Daudet: Tracción rítmica de la lengua. Aunque esta técnica tenía más sentido en el caso de Zola- la habían desarrollado para las victimas de envenenamiento por gas de alcantarillado-, no fue más eficaz. Cuando se recuperó, Alexandrine contó que se habían despertado por la noche, indispuestos por algo que atribuyeron a una indisposición (indigestión). Ella había querido llamar a las criadas, pero él la disuadió diciendo las que habrían de ser sus última palabras: "Nos sentiremos mejor por la mañana".

EL CIELO BIEN VALE UNA MISA

"Querido Dios, bueno, aquí está, por fin terminada, mi pequeña misa solemne. ¿He escrito de verdad música sacra, o es sólo otra de mis malditas cantinelas? Nací para la ópera bufa, como bien sabes. No exige mucha habilidad, sólo un poco de sentimiento, a eso se reduce todo. Así que bendito sea Dios y por favor concédeme el paraíso. G. Rossini

Al final del manuscrito de su "pequeña misa solemne" Gioacchino Rossini.


¡TENÍAMOS RAZÓN!

El  médico de Goethe cuenta en su diario que éste fue "fue presa de un miedo y de una angustia terribles". La causa del horror de aquel último día era evidente para el médico: Goethe, el sabio Goethe, el hombre que veía la perspectiva de todo, no pudo evitar el temor a la muerte.
Y eso que Goethe pensaba que si después de esta vida descubría que existía otra, estaría complacido desde luego; pero confiaba ardientemente en no encontrarse con todos aquellos pelmazos que se habían pasado la vida terrenal proclamando sus creencias en la inmortalidad. Oírles cacarear "¡teníamos razón!" "¡teníamos razón!".Sería aún más inaguantable en la vida posterior que en esta.

SUSPIROS DE ESPAÑA

En las memorias de Esther Tusquets la autora recuerda unos versos de José María Valverde estremecedores:

Oh Señor, anestésiame  la muerte
como a tantos les haces con la vida.

Cuenta Tusquets que Dios atendió las plegarias y el poeta murió plácidamente, sentado en un sillón, en familia, sin darse cuenta, tras un hondo suspiro.

MORIR CON ELEGANCIA

A Jules Renard le diagnosticaron un enfisema y arteriosclerosis; empezó sus últimos años de vida (cama y leche): dos litros y medio al día:
Ante la preocupación de la familia Jules dijo eso de: ¡No os preocupéis, los que tememos a la muerte siempre procuramos morir con la mayor elegancia posible!
Supongo que éste murió por una indigestión de la leche.

"LA MUERTE YA NO EXISTE

Así acaba la novela breve de Tolstoi la Muerte de Ivan Ilich:
-¡Este es el fin!- dijo alguien a su lado.
Él  oyó estas palabras y las repitió en su alma. "Éste es el fin de la muerte"- se dijo-
"La muerte ya no existe"

ESTO DE REGALO

Shakespeare acabó siendo poco menos que un desalmado usurero. El delicado poeta Verlaine molía a palos a su mujer en cinta. Chesterton autor del buen padre Brown era antisemita y racista.


P.D. Libros consultados para la entrada : Nada que temer (Julian Barnes). Diario de Renard. Grandes Tipos  (Josep Pla). Confesiones de una editora poco mentirosa (Esther Tusquets ). La muerte de Iván Ilich






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