miércoles, 9 de noviembre de 2011

ELIZABETH Y SU JARDÍN ALEMÁN

Elizabeth y su jardín alemán, es la primera novela de la escritora australiana Mary Amette Beaychamp (1866-1941). A los veinticuatro años se casó con el barón Von Arnim de quién adoptó el apellido. Esta deliciosa novela está ambientada en la región alemana de Pomerania, donde vivió con su marido y sus tres hijas y, en ella hay una velada critica a las rígidas normas de la época.



Es una delicia estar triste cuando no se tiene razones para ello.

La gente cuerda necesita demasiadas cosas para llegar a disfrutar verdaderamente de la vida, y cuando estoy con ellas me paso el rato excusándome por no poder ofrecerles otra cosa que lo que a mi me gusta; excusándome y avergonzándome por contentarme con tan poco.

Serían bienvenido y despedidos con el mismo afecto, pues la verdad me obliga a reconocer que, aunque me encanta verles llegar, me agrada igualmente verlos marcharse.

Pero los espíritus afines son tan difíciles de encontrar; es lo mismo que si me pusiera a suspirar por la luna. Es verdad que mi jardín está lleno de amigos, pero desgraciadamente son mudos.

Los principios abundan allí donde escasean las tentaciones.

Siempre que he estado allí he disfrutado de un tiempo calmado, sin viento, y el silencio es tan profundo que puedo oír los latidos de mi corazón.

Al pasar por el pueblo vecino con aquel sonido de chasquidos de látigo y sonar de cascabeles se iban abriendo  ventanas para vernos, y la única cosa viviente en las silenciosas y soleadas calles era una melancólica gallina con las plumas encrespada que se nos quedó mirando con reprobación mientras pasábamos como una exhalación sobre la nieve crujiente.

Escuchar el maravilloso silencio y dejar que su beatitud me invada el alma.

Y tanto Iris como yo tratamos de disfrutar lo más posible del viaje, con los magníficos colores del cielo de poniente relumbrando en nuestros rostros de vez en cuando por entre la copa de los árboles al pasar por un largo paseo abovedado, y más tarde con las miríadas de estrellas sobre la estrecha franja de cielo que teníamos sobre nuestras cabezas.

P.D.Esta novela la terminé de leer el cuatro de Abril del dos mil nueve.






1 comentario:

  1. ¡Fotos preciosas!. La novela "invita" a leerse. Parece que relaja.

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