domingo, 3 de julio de 2011

MIS TRISTES CAPITANES


Desde su antiguo brillo todos se fueron apagando,
los conocí en su altiva plenitud.
Más tarde sin quererlo comprobé
cuan terrible se vuelve sin excepcion
el final lento o rápido de todos.

Contra esto no hay ni puede haber resistencia.
Antes me preocupaba por la muerte,
ahora sólo me importa cómo voy a morir.

José Emilio Pacheco


La cuna se balancea sobre un abismo, y el sentido común nos dice que nuestra existencia no es más que una breve rendija de luz entre dos eternidades de tinieblas. Aunque ambas son gemelas idénticas, el hombre, por lo general, contempla el abismo prenatal con más calma que aquel otro hacia el que se dirige ( a unas cuatro mil quinientas pulsaciones por hora).

Habla Memoria
Vladimir Nabokov

1 comentario: