viernes, 7 de mayo de 2010

QUEMAR LOS DÍAS


“Sólo cuando aceptas que eres mortal, y eso nunca ocurre al principio, empiezas a comprender que la vida y la muerte son la misma cosa”.

James Salter nos cuenta en sus memorias, "Quemar los días" ,que cuando Jhon Huston estaba en Roma dirigiendo una película, tenía una amante llamada Ilena, que también había sido acompañante de Faruk, el rey de Egipto que se encontraba exiliado en Roma. Lo había conocido en la consulta de un dentista . El estaba allí con su abogado, explicó ella, detalle que nadie podría inventarse, supuse, y descubrieron que vivían cerca el uno del otro y, empezaron a salir.
Los días de Faruk empezaban por la noche. Como un auténtico playboy, se levantaba tarde. Ella me lo describió. Era un hombre divertido. Le gustaban los buenos coches; tenía un Rolls y un Jaguar. Le encantaba comer. Habían ido juntos a Montecarlo, a las mesas de Chemin de fer donde, siendo un jugador prodigioso, se lo conocía como "la locomotora". La noche que se desplomó y murió en un restaurante de la Appia Antica en Roma, la dejaron marcharse por la puerta de atrás antes de la llegada de la prensa. El rey Faruk murió el 18 de marzo del 1965 por fartón.

En un álbum guardaba muchos recortes de prensa donde aparecían los dos, Huston con su barba blanca de patriarca. Era un coccolone: un hombre al que le gustaba que lo trataran como a un niño. También estaba mal de la cabeza, reconoció ella, y era muy tacaño.
-Sacarle mil dólares es dificilísimo-dijo.
Estaba en el otoño de una vida de gran actividad, una vida que no siempre se había vivido con arreglo a la razón. No tenía amigos, dijo ella, y no le gustaba salir. Vivía en una suite del Grand Hotel alimentándose a base de vodka y caviar. Ella lo telefoneaba.
"Jhon, ¿quieres unas chicas?"
"Tráelas-decía-. Vamos a divertirnos un rato."
Ella llevó a tres, una de ellas tenía dieciocho años; le gustaba na las chicas jóvenes, tiernas, explicó, y prefería la última hora de la tarde.

James Salter también conoció a Federico Fellini, en esa época se comentaba, que había sólo dos artistas auténticos en toda Europa, Picasso y Fellini. Picasso era anciano y remoto. Fellini era un hombre que se sentaba en mangas de camisa y que se parecía al de sus fotografías, arrugado, con vello negro asomando de las orejas, como un tío entrañable.
"Háblame", háblame" él no quería nada por escrito, se inspiraba escuchando, decía.

También andaba por allí Shara Churchill hija de Wiston Churchill, primer ministro británico. Era actriz, y apareció en el restaurante con paso inestable, tropezando con las mesas. Tenia los labios finos y una sonrisa de actriz siempre a punto. Vivía con un negro en la vía del Corso en un piso de altos techos, sin muebles, que olía a incienso. La puerta de entrada estaba revestida de acero y tenía cerraduras de seguridad.
El piso pertenencia a un mafioso, un hombre muy importante, me dijo el negro en confianza.
-¿Sabe todas esas estatuas que hay en Roma sin cabeza ? Pues él tiene las cabezas.
El piso sería muy cómodo después de unas reformas, me aseguró ella. Era una pelirroja de larga melena y piel pálida, y tenía un visible moratón en la mejilla y otro en el brazo. Churchil, su padre, aún vivía.
El negro se llamaba Lobo, era músico y pintor.

-¡ Ay Mami que será lo que quiere el negro!
-¡Que va querer fía, que te coma el Lobo!
-Oye Miner, esto no ye serio, y de la novela que nos cuentas, aparte de todo lo anterior.
-Pues mira Mary, la novela está bastante bien. En la primera parte James Salter, nos cuenta sus vivencias en West Point y sus años como piloto de las fuerzas aéreas americanas. En 1956, con 32 años, publicó su primera novela, "Pilotos de Caza". Y en la segunda parte lo que nos describe es el "ambiente", en ciudades como Nueva York, París y Roma. No siempre los personajes salen con sus verdaderos nombres, como por ejemplo aquella actriz que en mitad de un rodaje se negó a seguir a menos que le duplicaran los honorarios(...) También me enteraría de muchas cosas sobre ella: de que mascaba chicles a puñados, llevaba el pelo sucio, y, según la encargada del vestuario, le olía la ropa. También llegaba tarde con frecuencia, nunca se disculpaba, tenía mal genio y era mezquina, su novio...
No voy a contar toda la novela, bueno si queréis saber quién era la actriz, os daré una pista, la peli se titulaba Three.

1 comentario:

  1. la novela que yo quiero leer ye la que tu escribas.....y con lo sano que ye reírse, seguro que sacarías unes perruques de la seguridad social para ayuda de editarla, para vida interesante la tuya, ¿iremos a tomar unes sidrines a pesar del día?

    ResponderEliminar