viernes, 28 de mayo de 2010

LA VIDA


Coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto, antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre;

marchitará la rosa el viento helado.
Todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.

Garcilaso de la Vega



  Es bien sabido que la vida gira y gira como un molino de viento y en su rueda nos va moliendo. Allí se hacen harina las esperanzas y los ideales, los temores y las ambiciones. Al cabo de un tiempo, ya nos somos los orgullosos granos que se mecían en las doradas espigas sino un polvo maleable con que amasar otras formas.
He comprendido que la vida prometida no está al final de ningún viaje sino que es el viaje mismo, el artificio sobre el que surcamos los mares de la vida, la barca de sueños que nos mantiene a flote entre las inclemencias del mundo.

El Converso
José Manuel Fajardo


EL MEJOR PRETEXTO

¡Es tan frágil la vida,
tan efímero todo!
(¿No es verdad, amiga,
ojos de color musgo?)

Y al mismo tiempo es fuerte,
por ese deseo
de enfrentarse a la muerte
cuando aumenta la edad.

Así, a los treinta y siete,
cerrados unos ciclos,
la vida aún nos pide
más sentimientos.

Más unión que la que nos dio
la furia de vivir,
son ésos descubrimientos
después de que hallamos sabido

que la vida no es otra
sino aquella que hacemos
(la vida es una sola
pues jamás volverá).

Los que nos hacen más partidarios
de la vida, que de lo que está vivo,
digámosle «¡no!» a todo
cuanto tenga otro sentido.

¡Y qué mejor pretexto
(¡quién lo sepa, dígalo!)
habrá para vivir,
más que la propia vida?

Alexandre O´Neill

P.D. La foto es del monte Fuji y del lago Kawaguchiko, realizada por el fotógrafo filandés Jukka Vuokko. Los dos tercetos son del soneto XXIII de Garcilaso de la Vega. Alexandre O´Neill es  un poeta portugués, y el poema no se parecerá nada al original, pues me ti yo la gamba. Se admiten mejoras en el mismo. El texto es de la novela el Converso de José Manuel Fajardo, que leí hace unos años, me gustó y lo anoté en mi libretina de notas.

miércoles, 26 de mayo de 2010

CREÍA QUE MI PADRE ERA DIOS

Creía que mi padre era Dios
Paul Auster
Anagrama

En una entrevista radiofónica que Rebeca Davis realizó a finales de septiembre de 1999 a Paul Auster, este invitó a los oyente a que enviaran algunas historia verdaderas al programa de radio de Rebeca. La respuesta fue abrumado: más de cuatro mil relatos, de los que Paul Auster seleccionó y editó ciento ochenta, y que componen el volumen. Uno de los relatos que más me gustó es el que da nombre al libro.





CREÍA QUE MI PADRE ERA DIOS

Lo que voy a contar sucedió en Oakland, California, al final de la Segunda Guerra Mundial. Yo tenía seis años. No sabía entonces lo que era la guerra pero sí era consciente de alguna de sus consecuencias. El racionamiento, por ejemplo, ya que yo tenía una libreta de racionamiento con mi nombre. Mi madre la guardaba junto con las libretas de mis hermanos. Recuerdo los apagones las alarmas antiaéreas y los aviones de combate volando sobre mí. Mi padre era patrón de un remolcador y recuerdo que hablaba de buques de transporte de tropas, de submarinos y de destructores.
También recuerdo a mi abuela llevando tocino a la carnicera para ser reciclado y acudir al edificio federal que estaba en el centro de la ciudad para arrojar los restos de papel de aluminio por las ventanas que habían acondicionado para tal fin en la fachada que daba a la calle.
Pero lo que mejor recuerdo es al señor Bernhauser. Era nuestro vecino de atrás y era especialmente malvado y antipático con los niños, además de ser grosero con los mayores. Tenía un ciruelo italiano cuyas ramas colgaban por encima de la valla trasera de nuestro jardín. Si las ciruelas colgaban de nuestro lado, podíamos cogerlas, pero Dios nos librara de traspasar la valla. Se desataban truenos y centellas. Nos gritaba e insultaba hasta que alguno de mis padres acudía a ver qué era todo aquel alboroto. Normalmente venia mi madre, pero aquella vez lo hizo mi padre. El señor Bernhauser no le caía bien a nadie, pero mi padre le tenía una manía especial porque nunca nos devolvía los juguetes y la pelotas que caían en su jardín. Así que allí estaba el señor Bernhauser gritando que nos fuéramos al infierno y dejáramos su árbol en paz, cuando mi padre le preguntó qué era lo que pasaba. El señor Bernhauser tomó aliento y lanzó una diatriba contra los niños ladrones, los transgresores de la ley que robaban fruta y contra los monstruos en general. Creo que a mi padre se le colmó la paciencia, porque lo que hizo a continuación fue gritarle al señor Bernhauser que se muriera. El señor Berhauser dejó de gritar, miró a mi padre, se puso colorado, después morado, se llevó la mano al pecho, se puso gris, se fue doblando lentamente y cayó al suelo. Que mi padre le gritase a un viejo miserable ordenándole que se muriera era algo que escapaba a mi comprensión. Creía que mi padre era Dios.
Recuerdo que Ray Hink vivía al otro lado de la calle. Estábamos en el mismo curso y su abuela vivía en el piso de arriba. Era una ancianita pequeña que siempre llevaba un vestido de cuello alto. Se sentaba al lado de la ventana con unos prismáticos de opera y vigilaba al vecindario. Si nos portábamos bien, nos dejaba mirar por los prismáticos y oler los pétalos de rosas que guardaba en un jarrón de alabastro encima de una mesa. Decía que los pétalos de rosa venían de Alemania y que el jarrón era de Grecia. Una tarde me dejó sus valiosos prismáticos y me puse a mirar la calle. Llegó un taxi y un joven alto y delgado, vestido de marinero, descendió del coche. Estrechó la mano del taxista, que acababa de sacar su petate del maletero, y supe inmediatamente que se trataba de mi tío Bill que volvía de la guerra. Mi abuela bajó la escalinata del portal y le abrazó. Estaba llorando. Recuerdo las estrellas que colgaban en las ventanas de las casas de nuestro vecindario. Mi abuela me dijo que eran porque habían perdido a un hijo en la guerra. Yo estaba contento de que no hubiese ninguna estrella en nuestra ventana. Aquella noche celebramos una gran fiesta en honor del tío Bill. Me fui a dormir feliz porque mi tío había vuelto a casa sano y salvo. Nunca volví a pensar en el señor Bernhauser.

Robert Winnie
Bonners Ferry, Idaho

lunes, 24 de mayo de 2010

LA MEMORIA Y LA MUERTE



"El tiempo lo ha hecho Dios; nosotros sólo hacemos las horas"



Sólo son tuyas -de verdad- la memoria y la muerte,
la memoria que borra y desfigura
y la sombra de la muerte que aguarda.
Sólo fantasmales recuerdos y la nada
se reparten tu herencia sin destino.
Después de sucios tratos y mentiras,
de gestos a destiempo y de palabras
-irreales palabras ilusorias-,
sólo un testamento de ceniza
que el viento mueve, esparce y desordena.

Juan Luis Panero

EMBOTELLAMIENTO

miércoles, 19 de mayo de 2010

HASTA NUNCA

"Reloj de arena tu cuerpo.
Te estrecharé la cintura
para que no pase el tiempo”

Aquilino Duque

" Todos los días nos despedimos de personas, a las que ya no veremos más"

No había esta mañana en mis calles habituales quien me rescatara de la angustia por la fuga del tiempo y me he quedado en ellas más de lo normal, recordando los rostros de aquellos transeúntes que fueron habituales del barrio y un día, sin que en un primer momento nadie lo percibiera, se desvanecieron para siempre en el opaco vacío de la relojería universal. ¿Qué fue de todos ellos? Formaron parte de mi vida en otros tiempos, y luego se borraron. Me he acordado de Pessoa, que se preguntaba por el viejecito redondo y colorado del puro habano a la puerta del estanco. Y por el dueño del estanco. Todos habían ya partido hacia el reino de la luz del otro barrio. "Mañana", escribía Fernando Pessoa, también despareceré yo de Rúa da Prata, de Rúa dos Douradores, de Rúa dos Franqueiros. Mañana, también yo, sí, mañana yo también seré el que dejó de pasear por estas calles, el que otros vagamente evocarán con un que habrá sido de él. Y todo cuanto hago, todo cuanto siento, todo cuanto vivo, no será más que un transeúnte menos en la cotidianidad de las calles de una ciudad cualquiera."
Dietario Voluble
Enrique Vila -Matas



Suavemente suena la puerta de la cocina, la Sra. O’Brian la abre, al otro lado se encuentra su mejor inquilino, el Sr. Ramirez con dos agentes de policía. El Sr. Ramirez ha sido su inquilino durante 30 meses, seis más de los que le permitía su visado temporal. En ese tiempo se adaptó a la brillante prosperidad de su nueva vida, trabajó en la fábrica de aeroplanos durante la guerra, se compró una radio, y un reloj de pulsera, y disfrutó del modo de vida americano.
“Pues aquí estoy, para decirle que debo abandonar mi habitación.” -dice el Sr. Ramirez. Mirando una vez más la brillante cocina, la mesa bien surtida en la que los hijos de la Sra. O’Brien están comiendo sus filetes.
“Ha sido Vd. un buen inquilino.” -dice la Sra. O’Brian- que le recuerda una visita que hizo a algunas ciudades fronterizas de México, los grillos, las polvorientas carreteras, las ropas raídas.
“Lo siento mucho, Sr. Ramirez.”
“Adiós Sra. O’Brian. Vd. ha sido buena conmigo. Adiós Sra. no nos volveremos a ver nunca más”

Los policías sonríen al oír esa expresión, pero su sonrisa se desvanece pronto, se llevan al Sr. Ramirez, la Sra. O’Brian vuelve a su brillante cocina, sus hijos la apremian porque se le enfría el filete, se sienta a la mesa y empieza a comer. Mastica su primer bocado muy lentamente y dejando los cubiertos sobre la mesa, fija su mirada en la puerta cerrada. “¿Qué pasa, Mama?” pregunta su hijo. “Acabo de caer en la cuenta -contesta ella con gran pena- que nunca más veré al Sr. Ramirez.”


Ray Bradbury
Rúa Dos Franqueiros (1906)



lunes, 17 de mayo de 2010

POSTALES DESDE LA TUMBA

UN TIPO QUE se pasa la vida diciendo yo, yo, yo, es un ególatra. Otro que hace lo mismo diciendo nosotros, nosotros, nosotros, es un nacionalista. El nacionalismo no es más que la forma plural de la egolatría.
Fernando Aramburu


Postales desde la tumba de Emir Suljagic más que una novela es una crónica de la condición humana. Emir Suljagic con tan sólo veinte años fue uno de los pocos que lograron sobrevivir a la terrible matanza que se produjo en la ciudad fronteriza de Srebrenica, en la que en cuatro días desaparecieron una ciudad entera, su población y su pasado común, y todo ello ante la pasividad de los cascos azules holandeses allí destinados.

Mientras observaba petrificado cómo los vehículos entraban en la localidad, pregunté a un oficial holandés qué ocurría, más por la necesidad de recibir unas palabras de aliento que en busca de una verdadera respuesta. Con una sonrisa sarcástica me comento. "Viene Ratko Mladic para evacuaros".

Los serbios desde el año 1992 llevaban a cabo una limpieza étnica de musulmanes en los pueblos de bosnia oriental, en julio de 1995 entran en la ciudad de Srebrenica. Esta novela es la crónica de esos tres años de acoso hasta la total destrucción de la ciudad.
La población de Srebenica, no sólo tuvo que padecer el acoso de los serbios y la pasividad de los cascos azules, sino también la de sus propios "señores de la guerra". Naser Oric y sus hombres "administraban" toda la ayuda humanitaria. En informes posteriores se supo que habían organizado el mercado negro. En estos informes se enumeran a lo largo de varios folios los nombres de todos los revendedores, la manera y lugar de comerciar con los serbios, los artículos en circulación más abundantes. Ahora bien, cuando las cosas se pusieron complicadas fueron los primeros en abandonaron la ciudad. Naser Oric se encuentra arrestado por el Tribunal Internacional de la Haya, acusado de crímenes de guerra.
Estas pocas lineas de la novela reflejan muy bien el padecimiento de muchos seres anónimos:

Aparece en la esquina, sonriendo, tal vez dirigiéndose a su familia, seguro de que ellos nunca verán esta imagen, pero como si presintiera que es el único documento, la única prueba de su existencia. En esta foto él no tiene nombre, es sólo un desconocido, un intruso en una foto ajena, porque no se podía permitir pagar diez marcos por una fotografía. Ésta es la gente en la que pienso, figuras sin nombre ni identidad que se convertirán en números anónimos. Cuántos de ellos estuvieron allí, cuántos no aparecieron allí donde habían estado el día anterior y no los echamos de menos porque otros ocuparon sus sitios para desvanecerse igualmente. Desaparecían en silencio, tan sigilosos como lo había sido su existencia, como si no hubieran hecho más que dejar de pasear por el mercado mirando con ojos hambrientos todo lo que no podían comprar.


P.D. Esta novela es del año 2008 y está publicada en Galaxia Gutenberg. Nunca me decidía a leerla por la dureza de los hechos. Ahora creo que es una novela de obligada lectura.

martes, 11 de mayo de 2010

EL ARTE DE LO IMPOSIBLE (M C ESCHER)

AIRE Y AGUA
Obra influida por los entramados decorativos de la Alhambra, que tanto impresionaron a Escher así como dos de los elementos platónicos: el aire y el agua, casi siempre representados en su obra por peces y aves. El diseño de esta obra es relativamente sencillo en comparación con otras suyas, pero Escher es consciente que el valor principal del arte está en la idea creadora.


CASCADA

¿Puedes creer que el agua de una corriente está permanentemente bajando y sin embargo, al final de su recorrido, termina a la misma altura a la que empezó? . Esto es totalmente increíble en la vida real pero para Escher nada hay imposible.

Si comienzas por fijar tu vista en la parte alta de la cascada verás que el agua cae verticalmente para posteriormente seguir descendiendo por un canal. Pero...¡sorpresa! Tras todo este recorrido descendente nos encontramos de nuevo donde empezamos ¡ en la parte alta de la cascada !. La obra presenta otras curiosidades como los geométricos remates de las torres, la señora tendiendo ropa, las rarísimas plantas y las laderas abancaladas del fondo.


BELVEDERE
Una extraña construcción tiene columnas a la vez adelante y atrás. ¿Imposible? Compruébalo

MANOS

El juego de dos-tres dimensiones es el protagonista de esta obra. Desde un dibujo plano, surgen unas manos que van tomando volumen y convirtiéndose en reales. Una mano pinta a la otra creando un mundo aislado y enigmático. Lo plano y lo corpóreo se mezclan progresivamente y nos hace sentir que la realidad surge de la nada.

Para aumentar el contraste entre lo plano y lo tridimensional, el papel del que surge todo está fijado a la superficie mediante chinchetas. Por tanto, las manos son una aparición, han surgido de la nada y pintan, todo ello desde un simple papel, el colmo.





RELATIVIDAD

Si contemplas esta obra con atención te vas a volver loco/a. Según Escher todo es relativo, y aquí lo demuestra fehacientemente. Si alguien te dice que en un mismo tramo de escalera dos personas, colocadas en el mismo sentido de marcha, una sube y la otra baja, lo considerarías imposible. Pues aquí lo tienes representado. Es como si fuesen dos mundos distintos pero juntos, dos dimensiones en una.

Realmente es mareante comprobar como un tramo de escalera es utilizado por sus dos partes, arriba y abajo ¡ y sin embargo las dos personas bajan !.

Todo se mezcla, arriba-abajo, frontal-lateral, etc. La ausencia de color (es una grisalla) y el rayado de las superficies consigue aumentar el efecto de confusión que la obra nos produce.




MAURITS CORNELIS ESCHER

Nació el 17 de junio de 1898 en Leenwarden (Países Bajos), hijo de un ingeniero hidráulico. Era un pésimo estudiante que tuvo que repetir curso dos veces. Para él la escuela era una pesadilla, excepto las clases de dibujo. Como tantos otros grandes artistas, era zurdo. Su profesor F.W. van der Haagen le enseñó la técnica de los grabados en linóleo y fue una gran influencia para el joven Escher.
A lo largo de su carrera realizó más de 400 litografías y grabados en madera, y también unos 2.000 dibujos y borradores. De muchos existen decenas de reproducciones, cientos e incluso miles de otros. Al final de su carrera destruyó algunas de las planchas para que no se realizaran más reproducciones de originales. También existen estudios y borradores de muchas de sus obras, en ocasiones también varias versiones de algunas de ellas. Muchas de su obras se vendieron masivamente poco después de su muerte y están esparcidas por el mundo. Un grupo importante está expuesto de forma permanente en el Museo Escher en La Haya, Holanda.

lunes, 10 de mayo de 2010

ALEGORÍA DEL ÁRBOL DE LA VIDA


Mira que te as de morir
mira que no sabes cuando.

Mira que te mira Dios
mira que te esta mirando

Alegoría del árbol de la vida (Ignacio de Ries). Esta pintura se encuentra en la capilla de la Concepción, en la catedral de Segovia. Esta capilla fue adquirida en 1645 por Don Pedro Fenández de Miñano y Contreras gobernador de Cádiz y almirante de la flota de la plata al servicio del rey Felipe IV para servir de enterramiento familiar.


ARCO

Cada flecha es un día. Tiene un punto
cercano al sol, y luego, exhausta, baja.
El arco que dispara tanta flecha
pudiera ser la vida. Si quebrara
su duro nervio, el ansia moriría.

Julio Martínez Mesanza
De "Europa" 1986


ADIVINANZA

Una dama galana y hermosa
con doce galanes se sienta en la mesa;
el uno la toma el otro la deja,
se casa con todos y no es deshonesta.


viernes, 7 de mayo de 2010

QUEMAR LOS DÍAS


“Sólo cuando aceptas que eres mortal, y eso nunca ocurre al principio, empiezas a comprender que la vida y la muerte son la misma cosa”.

James Salter nos cuenta en sus memorias, "Quemar los días" ,que cuando Jhon Huston estaba en Roma dirigiendo una película, tenía una amante llamada Ilena, que también había sido acompañante de Faruk, el rey de Egipto que se encontraba exiliado en Roma. Lo había conocido en la consulta de un dentista . El estaba allí con su abogado, explicó ella, detalle que nadie podría inventarse, supuse, y descubrieron que vivían cerca el uno del otro y, empezaron a salir.
Los días de Faruk empezaban por la noche. Como un auténtico playboy, se levantaba tarde. Ella me lo describió. Era un hombre divertido. Le gustaban los buenos coches; tenía un Rolls y un Jaguar. Le encantaba comer. Habían ido juntos a Montecarlo, a las mesas de Chemin de fer donde, siendo un jugador prodigioso, se lo conocía como "la locomotora". La noche que se desplomó y murió en un restaurante de la Appia Antica en Roma, la dejaron marcharse por la puerta de atrás antes de la llegada de la prensa. El rey Faruk murió el 18 de marzo del 1965 por fartón.

En un álbum guardaba muchos recortes de prensa donde aparecían los dos, Huston con su barba blanca de patriarca. Era un coccolone: un hombre al que le gustaba que lo trataran como a un niño. También estaba mal de la cabeza, reconoció ella, y era muy tacaño.
-Sacarle mil dólares es dificilísimo-dijo.
Estaba en el otoño de una vida de gran actividad, una vida que no siempre se había vivido con arreglo a la razón. No tenía amigos, dijo ella, y no le gustaba salir. Vivía en una suite del Grand Hotel alimentándose a base de vodka y caviar. Ella lo telefoneaba.
"Jhon, ¿quieres unas chicas?"
"Tráelas-decía-. Vamos a divertirnos un rato."
Ella llevó a tres, una de ellas tenía dieciocho años; le gustaba na las chicas jóvenes, tiernas, explicó, y prefería la última hora de la tarde.

James Salter también conoció a Federico Fellini, en esa época se comentaba, que había sólo dos artistas auténticos en toda Europa, Picasso y Fellini. Picasso era anciano y remoto. Fellini era un hombre que se sentaba en mangas de camisa y que se parecía al de sus fotografías, arrugado, con vello negro asomando de las orejas, como un tío entrañable.
"Háblame", háblame" él no quería nada por escrito, se inspiraba escuchando, decía.

También andaba por allí Shara Churchill hija de Wiston Churchill, primer ministro británico. Era actriz, y apareció en el restaurante con paso inestable, tropezando con las mesas. Tenia los labios finos y una sonrisa de actriz siempre a punto. Vivía con un negro en la vía del Corso en un piso de altos techos, sin muebles, que olía a incienso. La puerta de entrada estaba revestida de acero y tenía cerraduras de seguridad.
El piso pertenencia a un mafioso, un hombre muy importante, me dijo el negro en confianza.
-¿Sabe todas esas estatuas que hay en Roma sin cabeza ? Pues él tiene las cabezas.
El piso sería muy cómodo después de unas reformas, me aseguró ella. Era una pelirroja de larga melena y piel pálida, y tenía un visible moratón en la mejilla y otro en el brazo. Churchil, su padre, aún vivía.
El negro se llamaba Lobo, era músico y pintor.

-¡ Ay Mami que será lo que quiere el negro!
-¡Que va querer fía, que te coma el Lobo!
-Oye Miner, esto no ye serio, y de la novela que nos cuentas, aparte de todo lo anterior.
-Pues mira Mary, la novela está bastante bien. En la primera parte James Salter, nos cuenta sus vivencias en West Point y sus años como piloto de las fuerzas aéreas americanas. En 1956, con 32 años, publicó su primera novela, "Pilotos de Caza". Y en la segunda parte lo que nos describe es el "ambiente", en ciudades como Nueva York, París y Roma. No siempre los personajes salen con sus verdaderos nombres, como por ejemplo aquella actriz que en mitad de un rodaje se negó a seguir a menos que le duplicaran los honorarios(...) También me enteraría de muchas cosas sobre ella: de que mascaba chicles a puñados, llevaba el pelo sucio, y, según la encargada del vestuario, le olía la ropa. También llegaba tarde con frecuencia, nunca se disculpaba, tenía mal genio y era mezquina, su novio...
No voy a contar toda la novela, bueno si queréis saber quién era la actriz, os daré una pista, la peli se titulaba Three.

jueves, 6 de mayo de 2010

LA UTILIDAD DE LA BEBIDA


"Los persas tienen la costumbre de discutir sus asuntos más importantes en estado de embriaguez, y al día siguiente se hacen repetir en ayunas lo que les había parecido bien de la discusión: si lo siguen encontrando bien en ayunas, lo aceptan; si no, renuncian a ello. Y , a modo de compensación, discuten de nuevo cuando están embriagados las cosas que ya han discutido en ayunas"
Heródoto
Historias


"Entre los macedonios los banquetes degeneraban con frecuencia en orgías, y una de las costumbres más corrientes de estos semibárbaros consistía en beber de un solo trago la famosa copa de Hércules, que, por grande que fuese la resistencia del bebedor, causaba una pesada embriaguez, y más de un juerguista caía, agotado por el efecto del vino"

Una noche un señor húngaro estaba jugando a las cartas con unos amigos en su castillo y, terminado el juego, los jugadores se pusieron a hablar de un enorme vaso de cristal de Bohemia que colgaba de la pared como un trofeo y cuya capacidad era mayor que la copa de Hércules usada por los compañeros de juego de Alejandro. Este vaso, dijo el castellano, era de un antepasado suyo, que lo llenaba de Tokay y lo apuraba de un solo trago. "¡Aquellos sí que eran bebedores!", exclamó uno de los jugadores, porque la admiración de los hombres es sobretodo por los grandes jugadores, los grandes bebedores, los grandes matarifes, y añadió: "Apuesto a que ninguno de nosotros consigue hacer lo mismo". "Acepto la apuesta", dijo el castellano, y, después de varias vertiginosas "pujas", acordaron apostar un millón de pengös, cantidad muy importante, porque esta memorable apuesta no tuvo lugar en nuestros días , sino en 1910. El vaso heroico se llenó de Tokay, el castellano, asiéndolo con ambas manos, por lo grande que era, comenzó a beber sin respirar, y bebió el vino hasta la última gota, después de lo cual, con el rostro ennegrecido como la luna por el eclipse, se cayó muerto sobre la alfombra. El millón de pengös fue pagado religiosamente a los herederos según lo convenido, y así fue como se supo que el castellano, habiendo perdido aquella noche a las cartas un millón de pengös, que era todo lo que tenía, había aceptado la apuesta como un sacrificio, a fin de alejar de su familia la amenaza de la miseria.

Alberto Savinio


La Tequilera (Lila Downs)

P.D. Esta mañana escuche una entrevista con el Señor Montoro en la cadena SER. El señor Montoro debía de estar todavía bajo los efectos de algún psicotrópico pues no se acordaba, entre otras cosas, de la Ley del suelo del gobierno de Aznar y Rato. Toda España edificable y, lo más grave, no había plazos para poner a edificar los terrenos de toda ¡Que viva España! Consecuencia, surgieron los especuladores, fundamentalmente en ayuntamientos y comunidades del PP. Madrid, Madrid, Madrid pedazo de la España... Todo esto, unido a la bajada de intereses ¡¡así la gente consume!! y a la codicia de los bancos, explican la situación actual. Ya lo decía el ligero de Cascos Alvárez, si la gente compra pisos caros es que los puede pagar. Mientras tanto, el Banco Santander, vendía todas sus propiedades y se quedaba de inquilino ¿Porqué será, será? Mejor beber para olvidar.

Ilustración de Christoph Niemann

lunes, 3 de mayo de 2010

EL ÁRBOL DEL OLVIDO


En mi pago hay un árbol
Que del olvido se llama
Donde van a consolarse
Vidalita
Los moribundos del alma.

Para no pensar en vos
En el árbol del olvido
Me acosté una nochecita
Vidalita
Y me quede bien dormida.

Y al despertar de aquel sueño
Pensaba en vos otra vez
Pues me olvidé de olvidarte
Vidalita
En cuantito me acosté.

Lhasa de Sela

domingo, 2 de mayo de 2010

CONFESANDO


Tarde o temprano todos acabamos confesando o confesándonos, y ese es un paso peligroso. Es como poner en manos de un extraño las llaves de la ciudadela.

El arca de las palabras
Andrés Trapiello


"La religión es un insulto a la dignidad humana. Con o sin religión siempre habrá buena gente haciendo cosas buenas y mala gente haciendo cosas malas. Pero para que la buena gente haga cosas malas hace falta la religión".

Steven Weinberg



Foto: La confesión. Saavedra (Lugo). 1980. Fotografía recogida en el libro "España Oculta"