jueves, 11 de febrero de 2010

EN OTRO TIEMPO


EN OTRO TIEMPO
Años de juventud en Galitzia oriental
Soma Morgenstern
Minúscula



... Estaba feliz de no tener nada que contar, sino más bien algo muy hermoso que callar.

Este libro es un relato autobiográfico del escritor Soma Morgenstern. En él nos cuenta su infancia y Juventud en su Galitzia natal. Esta región estaba situada en los confines del imperio austrohúngaro y hoy es parte de Ucrania. El relato autobiográfico nos cuenta una infancia feliz transcurrida en una tierra en la que convivieron ucranianos, polacos y judíos.

...Todo estaba erguido e intacto. Solo una brisa suave soplaba ligera por encima de todo el sembrado. Por primera vez oí el costante murmullo del verano sobre los campos, interrumpido sólo de vez en cuando por el sonido de una guadaña que algún segador afilaba. En lo alto trinaban las alondras.

...Cuando a un niño judío se le dice que hay que lavar las manos antes de comer, porque antes de comer se bendicen los alimentos y es imposible pronunciar la bendición sin haberse lavado las manos, eso le parecerá obvio hasta a un pequeño de tres años, y desde luego también a uno de cinco. Y se convertirá en una costumbre que conservará toda la vida.
Como muchas de las virtudes de los judíos, esta costumbre endémica de lavarse las manos antes de comer les llevó en una ocasión a su perdición ante los cristianos. Cuando se desencadenó la muerte negra en Alemania, los cristianos notaron que en los guetos eran muy pocas las victimas de la peste -algo que naturalmente se debía a su habito de limpieza-, los cristianos, con su habitual costumbre de atribuir todo mal a los judíos, propagaron la superstición de que estos últimos habían envenenado los pozos. La difamación acabaría en pogromo y costaría su no católica e higiénica vida a muchos judíos que no habían estado expuestos al contagio de la peste.

...En el bosque de alisos había un pozo profundo, tan profundo que a cualquier hora del día, si se miraba al fondo, podían verse las estrellas. Era bonito sentarse cómodamente sobre las tablas que rodeaban el pozo para protegerlo, e intercambiar nuestros regalos al aire libre. Zalman sabia incluso por qué en aquel pozo podían verse las estrellas durante el día, y me lo explicó.
- Las estrellas -me instruyó- están siempre ahí, día y noche. Pero de día no podemos verlas porque la luz del sol es tan fuerte que las estrellas del cielo desaparecen de nuestra vista. Naturalmente, no desaparecen de verdad. Pero no las vemos. Este pozo, en cambio, es muy profundo, y además está casi cubierto del todo por la sombra de los altos alisos, de modo que la luz del día no llega al agua. Por eso se reflejan las estrellas, especialmente cuando te pones las manos en las sienes para impedir que pase la luz del día.
...Aún sentí cómo mi padre me cogía del asiento junto al cochero, me tendía con cuidado junto a él y me cubría para la noche(...)A medianoche me despertó, y, a pesar de que me opuse, me obligó a sentarme hasta que, por fin, cómodamente apoyado en su regazo, abrí los ojos y vi de golpe más estrellas de las que ningún ser humano podría creer que existieran. Pero no sólo brillaban las estrellas en el cielo, sino que también en la tierra, sobre los campos, centelleaban unas lucecitas, de modo que pensé que serían fragmentos de estrellas que se reflejaban en el rocío que cubría las plantas. Entonces vi que las lucecitas saltaban y volaban.
- ¿Qué es eso?, ¿qué es eso?- exclamé.
-Son seres vivos, unos insectos llamados luciérnagas.
-¿Hay insectos luminosos? ¿Y cómo es que nunca los había visto?
-Sólo se ven en las noches de verano, cuando celebran las bodas.
-¿Los insectos celebran sus bodas?
-Sí-dijo mi padre-, todos los seres vivos celebran sus bodas. Pero solo las luciérnagas producen su propia iluminación.
Los seres humanos necesitan velas y lámparas y arañas de cristal. Las luciérnagas llevan su luz consigo.
-Bueno, hoy estás viéndolas. Cada cosa a su tiempo-dijo mi padre-. A lo largo de tu vida tendrás ocasión de verlas a menudo, y siempre volverás a sentirte encantado y te acordarás de esta noche, puesto que esta noche las has visto por primera vez. Por eso te has despertado.
No sé cuanto rato permanecí despierto aquella noche. Pero luché contra el sueño largo rato, y, cuando al final se me cerraron los ojos, me llevé toda la luz de esa noche hasta los sueños más hermosos de mi vida.



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