viernes, 20 de noviembre de 2009

EL HOMBRE QUE DETUVO A GARCIA LORCA


EL HOMBRE QUE DETUVO A GARCÍA LORCA

IAN GIBSON

AGUILAR


En este libro, Ian Gibson analiza la figura de Ramón Ruiz Alonso, el "obrero amaestrado" de la CEDA. Elegido diputado por Granada en 1933 durante el Bienio Negro se convierte en el político más fanfarrón y reaccionario de la derecha Granadina . Ramón Ruiz participó en la detención de Federico García Lorca que se encontraba en la casa de la familia Rosales y lo llevó detenido al gobierno civil. La noche del 17 al 18 de agosto, probablemente a las dos de la madrugada, Lorca fue trasladado en coche al pueblo de Viznar, baluarte falangista. Unas horas después fue asesinado con otras tres victimas: un maestro de escuela repúblicano, Dióscoro Galindo González, y los banderilleros Francisco Galadí Melgar ("el colores") y Joaquín Arcollas Cabezas ("Magarza"), militantes de la CNT. 
El autor para escribir este libro utilizó numerosa documentación, desde los diarios de sesiones de las cortes, hasta declaraciones de implicados de la época y, también las hemerotecas, con especial atención a la polémica entre dos de los periódicos de Granada, "El Ideal" donde trabajó Ramón Ruiz y el "Defensor de Granada" cuyo director Constantino Ruiz Carnero fue fusilado en los primeros días del golpe militar franquista. La burguesía granadina por diferentes motivos sentía una especial animadversión hacía Federico Garcia Lorca.

Bagaría le pregunta luego por su opinión sobre la llamada "Toma" de Granada en 1492 por los Reyes Católicos, que las fuerzas vivas de la ciudad celebran cada 2 de enero. La respuesta de Federico García Lorca no puede ser más contundente: "Fue un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a una "tierra del chavico" donde se agita actualmente la peor burguesía de España". 

Es casi seguro que Lorca tenia presente a su padre al escribir la casa de Bernarda Alba. Federico García Rodriguez había sido elegido concejal de Granada por el partido liberal a finales de 1916, incluso ejerció en alguna ocasión de teniente alcalde y no le faltaban acérrimos rivales políticos en la ciudad y en el pueblo de Asquerosa. A diferencia de otros caciques locales, era republicano convencido. Gozaba de fama de desprendido, e incluso había construido casas en Asquerosa para sus jornaleros. Se trataba de una generosidad tal vez sin precedente en la comarca, lo que explica que en el pueblo hubiera-y haya todavía- una calle con su nombre. Federico Garcia Rodriguez, en suma, era el buen cacique del pueblo, mientra Bernarda Alba era exactamente lo contrario. 

Los revisionistas de hoy se empeñan en situar en aquellos acontecimientos el inicio de la Guerra Civil. Lo cierto es que para mucha gente de izquierdas la presencia en el Gobierno de la CEDA significa el primer paso hacia la toma del poder por el fascismo. En la mente de todos estaba el precedente de Hitler, primero, y luego, en Austria, de Dollfuss, tan admirado por José María Gil Robles. El líder de la Ceda nunca había expresado su apoyo a la República...Y se sabía a ciencia cierta, porque él miso lo decía, que abogaba por un nuevo estado corporativista, de corte mussoliniano. La tentación revolucionaria era, pues, lógica en aquellos momentos, aunque muchos socialista estuvieran en contra. Como Indalecio Prieto, por ejemplo, que sin embargo, echada la suerte, apoyó la iniciativa. El periodista argentino Pablo Suero sale de la entrevista que mantuvo con Gil Robles convencido de que este es un agitador apoyado por una organización apabullante, con dinero a manos llenas, "dinero de la iglesia y de los patronos, para invertirlo en el triunfo de su partido, detrás del cual el belfo del Borbón expulsado acecha ansioso". Suero asegura a sus lectores que entre bambalinas, controlando todo, está Ángel Herrera Oria, director del El Debate. El personaje tiene una presencia pública mínima, ciertamente. Apenas nadie le conoce de vista. Pero es el cerebro que maquina en la sombra la caída de la España democrática.

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