viernes, 12 de junio de 2009

MENDEL EL DE LOS LIBROS

MENDEL EL DE LOS LIBROS
Stefan Zweig
Acantilado

Este libro de Stefan Zweig de poco más de 50 paginas es la historia de Jacob Mendel, un librero de viejo permanentemente instalado en su mesa del café Gluck, realmente una enciclopedia, un catálogo universal sobre dos piernas, insólito personaje que sorprende a propios y extraños con su enciclopédico conocimiento del mundo de los libros y su total aislamiento del mundo real.
Precisamente esto último le traerá fatales consecuencias.

Leía con un ensimismamiento tan impresionante que desde entonces cualquier otra persona a la que yo haya visto leyendo me ha parecido siempre un profano.


Treinta y tres años antes , todavía con la barba suave, de negras guedejas, y los ensortijados tirabuzones en las sienes, un jovenzuelo encorvado y de corta estatura, había venido del Este a Viena a estudiar para rabino, pero pronto había abandonado al riguroso Dios único, Jehovah, para entregarse al politeísmo brillante y multiforme de los libros.

Hay como me gusta todo esto, el politeísmo brillante... para mi fue un placer leer este libro. Y esto que nos cuenta sobre la vanidad de vanidades ¡Y no conoció internet! donde cualquier capullo como yo se cree el rey del mambo:

Las personas no le interesaban, y de todas las pasiones humanas tal vez sólo conocía una, por cierto la más humana de todas, la vanidad.


...Mientras que, por lo general, cuando se le presentaba un libro menor cerraba la cubierta con desprecio y sin más murmuraba "dos coronas", ante cualquier rareza o algo único se echaba hacia atrás lleno de consideración, poniendo debajo una hoja de papel, y uno podía ver cómo de pronto se avergonzaba de sus dedos sucios, cubiertos de tinta y de sus uñas negras.


La novela está escrita en 1929 pero leyendo esto da la impresión que fue escrita antes de ayer:

Por eso, cuando vi la mesa de mármol de Jakob Mendel, aquella fuente de oráculos, vacía como una losa sepulcral, dormitando en aquella habitación, me sobrevino una especie de terror. Sólo entonces, al cabo de los años , comprendí cuánto es lo que desaparece con tales seres humanos. En primer lugar, porque todo lo que es único resulta día a día más valiosos en un mundo como el nuestro, que de manera irremediable se va volviendo cada vez más uniforme.


Que hacéis ahí plamaos, leer este libro, pues en definitiva ¿qué es la vida?

Sentí un regusto amargo en los labios. El regusto de la fugacidad. ¿Para qué vivimos, si el viento tras nuestros Zapatos ya se está llevando nuestras últimas huellas?

Precisamente yo, que debía saber que los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido.

2 comentarios:

  1. Es que tú eres el rey del mambo, Miner!!

    Tiene muy, muy buena pinta el libro.El contexto me seduce (una librería de viejo), el café Gluck (¿en Viena..??), la sugerente portada...
    Gracias por traérnoslo, Miner.

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  2. El café Gluck en Viena, era donde Mendel desarrollaba su labor como librero. Yo creo que el libro te va a gustar.

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