viernes, 8 de mayo de 2009

UN GATO EN UN PISO VACIO



Morir, eso no se le hace a un gato.
Porque qué puede hacer un gato
en un piso vacío.
Trepar por las paredes.
Restregarse entre los muebles.
Parece que nada ha cambiado
y, sin embargo, ha cambiado.
Que nada se ha movido,
pero está descolocado.
Y por la noche la lámpara ya no se enciende.

Se oyen pasos en la escalera,
pero no son esos.
La mano que pone el pescado en el plato,
tampoco es aquella que lo ponía.

Hay algo aquí que no empieza
a la hora de siempre.
Hay algo que no ocurre
como debería.
Aquí había alguien que estaba y estaba,
que de repente se fue
e insistentemente no está.

Se ha buscado en todos los armarios.
Se ha recorrido la estantería.
Se ha husmeado debajo de la alfombra y se ha mirado.
Incluso se ha roto la prohibición
y se han desparramado los papeles.
Qué más se puede hacer.
Dormir y esperar.

Ya verá cuando regrese,
ya verá cuando aparezca.
Se va a enterar
de que eso no se le puede hacer a un gato.
Se irá hacia él
como si no quisiera,
despacito,
con las patas muy ofendidas.
Y nada de saltos ni maullidos al principio.

Wisława Szymborska

P.D. Homenaje a mis dos gatos ocupas de la Casa del Pueblo, madre e hijo.

5 comentarios:

  1. El domingo presentan un libros de antología de poemas de gatos.......ufffff,mia migo Manuel ha escrito algo para ello, y estará en la presentación ¿qué pasa con tanto gato?

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  2. En los pueblos siempre hay gatos. Pero,como sabios que son, sólo acuden y ocupan las casas en las que olfatean el calor con el que sus dueños impregnan las paredes. Saben que serán bien recibidos.
    Miner, seguro que los gatos habrán olido también las palabras que les dedicas. Pero por si les quedara muy lejos y no les llega, yo te doy las gracias en su nombre. No se molestarán por ello.

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  3. Pues que va a pasar Bely, que con esto de los ordenadores, las casas están llenas de ratones.
    Karen la gata blanca ye monísima, pero tien un defecto, que tengo que repartir con ella mi pienso...luego existo.
    Un saludín

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  4. pues fíjate que no esta lejos de lo que pienso que le paso a la misi......,para mi que esta gata era muy querida en alguna casa,y a lo mejor el dueño o dueña se le murió y ella sola se busco unos nuevos,que por cierto la quieren muchísimo , pero es que es imposible no quererla .....y de rebote nos adopto, a nosotros......

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  5. Preciosa traducion de Ana María Moix y Jerzy Sławomirski

    Un gato en un piso vacío

    Morir -eso a un gato no se le hace.
    Porque, ¿qué puede hacer un gato
    en un piso vacío?

    Subirse por las paredes.
    Restregarse contra los muebles.
    Nada aquí ha cambiado,
    pero nada es como antes.
    Nada ha cambiado de sitio,
    pero nada está en su sitio.
    Y la luz sigue apagada al anochecer.

    Se oyen pasos en la escalera,
    pero no los esperados.
    Una mano deja pescado en el plato
    y no es, tampoco, la de antes.

    Algo no empieza
    a la hora de siempre.
    Algo no sucede
    según lo establecido.
    Alguien estaba aquí, estaba siempre,
    y de repente desapareció
    y se empeña en no estar.

    Se ha buscado ya en los armarios,
    se han recorrido los estantes.
    Se ha comprobado bajo la alfombra.
    Incluso se ha roto la veda
    de esparcir papeles.
    ¿Qué más se puede hacer?
    Dormir y esperar.

    ¡Ay, cuando él regrese,
    ay, cuando aparezca!
    Se enterará de que estas no son maneras
    de tratar a un gato.
    Como quien no quiere la cosa,
    habrá que acercársele,
    despacito,
    sobre unas patitas, muy, muy ofendidas.
    Y, de entrada, nada de brincos ni maullidos.

    Wisława Szymborska

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