domingo, 29 de marzo de 2009

PRINCIPIOS



Es una fortuna caminar en compañía de gente sabia, divertida y escéptica, que esté dispuesta a cambiar cualquier verdad absoluta por un queso de cabra, cualquier honor, premio o reconocimiento por la corona de un sombrero de paja, cualquier clase de eternidad por la embriaguez de la duda unida a la armonía de la naturaleza. Por el contrario, encontrarse con gente de principios sólidos e inalterables es el peligro más grave que puede correr uno en esta vida. Un hombre de principios fue aquel que, sintiéndose puro, arrojó la primera piedra contra la adúltera; es el mismo que te indica con el dedo el camino recto que debes seguir y en cuanto te desvíes será el que te delate, el que te incluya en la lista negra o borre definitivamente tu nombre del mapa. En el caso en que este hombre de principios obtenga un poder absoluto, si además es muy devoto, no dudará en mandarte a la horca rezando por tu alma sin ahorrarse las lágrimas, puesto que también se puede llegar a la extrema violencia a través de la piedad. Huye de ese ser misericordioso que busca tu salvación por medio del terror del espíritu y te obliga a desayunar cada mañana con una rueda de molino. No es ninguna broma aquello que dijo Groucho Marx: "Éstos son mis principios, Si no le gustan, tengo otros". El fanático es capaz de saltar de un risco al risco contrario, ambas cimas situadas a la misma altura bajo un cielo nítido y puro, donde se siente igual de seguro, aunque armado esta vez con distinto látigo. El dogma es una forma de locura, del mismo modo que la pureza extrema alcanza a veces la forma de la más refinada crueldad. Los principios inalterables nos fueron inoculados en una edad muy temprana cuando nuestro cerebro estaba aún desvalido. En la mayoría de los casos aquellos principios fermentaron y se diluyeron en la inteligencia, en la imaginación y en el placer de los sentidos; pero hay personas que conservan incólumes aquellos mitos de la infancia en su cerebro de reptil sin que encuentren salida sino a través de los latidos de sangre que conforman su pensamiento. Hoy es un domingo de primavera y hay dos clases de desayuno. Por un lado, café, tostadas, queso de cabra y alguna duda relativa; por otro, principios inalterables y ruedas de molino.

Manuel Vicent

P.D. Yo me desayuno con muchas dudas relativas. Le dedico esta canción de Paquita la del Barrio a cierto ministro de Defensa de triste recuerdo, uno de los que nos quiere hacer comulgar con ruedas de Molino.

♪♫♫♪♫♫COBARDE♪♫♫♪♫♫


6 comentarios:

  1. Yo, como Groucho Marx. Y la canción...¡apropiadísima, pa el sujeto!

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  2. Gracies por hacenos llegar esti artículo, Miner.

    Oye,seguro que tú y el "naúfrago" no os pareceréis demasiado ,pero el chiste parez como tuyu. Por eso el chiste que hizo Mary,con su comentario, lu entiendo aunque no conozca de vosotros nada más que aquello que intuyo.Salud.

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  3. Hoy ha sido un domingo fructifero. Lleno de dudas existenciales y cotidianas.

    No se si llegaré alguna vez a un principio, se que el final se acerca, pero disfruto.

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  4. Karen no andas muy descaminada. Tengo la fama que yo mismo me crio.
    Que si contador de nubes,que si me pasais la fesoría automática, que si probador de sillas. Bueno esto último ye cierto. Un día trajeron dos sillas de los chinos y te lo aseguro. ¡Rompí las dos!
    Cada vez que llega una visita la hermana de Mari cuenta el cuentu.
    Y yo, que que coño van a hacer los chinos, que patatin que patatan.
    Un saludo

    Bely hoy no se si estas pesimista o disfrutaste, espero que sea esto último.
    Un saludo

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  5. Miner, lo de "contador de nubes" parezme muy guapo.Francamente. Igual mientres les cuentes ves una maño agitando un pañuelu entre elles.Fíjate bien que puedo ser yo uno de esos días que me subo a la nube.

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  6. Si te subes,y esta bien que sueñes, tú que eres una mujer soñadora, espero que te bajes. De todes maneres ya me fijaré para devolvete el saludo.

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