sábado, 28 de febrero de 2009

UNA LECTORA NADA COMÚN




Me encuentro enfrascado; no, no, no estoy dentro de ningún frasco, ni tampoco le doy al frasco que ye mucho más divertido, sino que lo del frasco Carrasco, es que estoy leyendo un libro que me está gustando mucho, Conversaciones con un verdugo, pero claro, este ye sobre los nazis (estos si que le daban al botellón) y lleva su tiempo. Y todo este rollo para decir que voy a hablar de un libro que leí hace unos meses y que me pareció delicioso.

Una lectora nada común de Alan Bennet:


Un día, persiguiendo a sus perros por los jardines de Buckingham Palace, cerca de las cocinas, un lugar que la reina no frecuenta, descubre la furgoneta de la biblioteca móvil municipal, sube al vehículo para disculparse por el alboroto que han organizado los perros y decide llevarse un libro en préstamo.

En esta primera visita conoce a Norman cocinero de las reales cocinas, y entre ellos surge una complicidad con los libros de por medio, pero claro, la lectura hace cambiar la manera de pensar, incluso de una Reina como Isabel II y eso afecta también a su vida privada. Pero lo que los cortesanos no pueden soportar es que también afecte a sus actividades públicas y a la relación con los políticos.
Esta novela nos hará pasar un rato agradable, y además tiene un final sorprendente.

"No pones la vida en los libros. La encuentras en ellos"

(...) A los ochenta años las cosas no suceden se repiten. No exageremos -dijo su majestad- Es verdad que cumplo ochenta años y que esto es una especie de fiesta de cumpleaños. Pero no se muy bien que debemos celebrar. Supongo que una de las pocas cosas que podemos decir es que hemos llegado a una edad en la que nos podemos morir sin que nadie se sorprenda.

(...) O -dijo la reina-, sin duda le enseñaría que todos dependemos del destino ¿N0?

Ya se le nota a la reina la lectura, pues precisamente que diga eso; ella que los únicos méritos que tiene, para ser reina, son precisamente el destino y el azar.


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