martes, 17 de febrero de 2009

UN MAR DE MUERTE


Hay solo dos países: el de los sanos y el de los enfermos,
por un tiempo se puede gozar de doble nacionalidad pero,
a la larga, eso no tiene sentido.
Duele separarse poco a poco de los sanos a quienes
seguiremos unidos hasta la muerte.
Separadamente unidos...
Enrique LLihu


El libro Un mar de Muerte, de David Rieff narra el último año de la vida de su madre Susan Sontag. A la edad de 71 años, Susan fue diagnosticado de una leucemia letal, probablemente mente producida por un tratamiento contra un sarcoma uterino que había padecido. Ya en el año 1975 había tenido un cáncer de mama, grado cuatro, que había superado contra todos los pronósticos.
En este libro David nos narra como una persona racional, como su madre, se agarra a la vida con todas sus fuerzas, y nos describe la lucha de esta por la supervivencia. Realmente vale la pena todos los sufrimientos padecidos, incluyendo un trasplante de médula fracasado, para estar día y noche pensando en la muerte, o dicho de otra manera, muerta en vida.
Y digo lo de una persona racional, pues no le quedaba tan siquiera el consuelo de una vida futura, ya que sabe, que cuando se acabe esta, se acabó todo.
"Algunos médicos en Seattle estaban sorprendidos y poco menos que desconcertados, como descubrí más tarde, por su negativa a todo consuelo, fuera espiritual o familiar".

Y no solo eso, sino que se daba cuenta de la llegada del final, sin ni siquiera el consuelo de dejarse engañar. Se pasaba el día colgada de Internet, consultando sobre su enfermedad.
"De un modo extraño, la información se había transformado para mi madres en sinónimo de esperanza: cuanto más se supiera, mayores eran la probabilidades de burlar a la muerte una vez mas".
"Mi madre se había visto siempre a sí misma como alguien cuya hambre de verdad era absoluta. Después del diagnostico el hambre persistió, pero su desesperación no era por la verdad sino por la vida".

Pudo deslizarse hacia la muerte con cuidados paliativos y prefirió el tormento de los quirófanos y la quimioterapia. Esto es una manera de afrontar la muerte, otros se entregan y no quieren este tipo de sufrimiento para llegar al mismo final.
Como se puede ver, es una historia dura, de todas maneras muy significativa de la condición humana y de la obsesión de una persona por no morir, cuando realmente a la muerte no se la puede engañar.

5 comentarios:

  1. Miner, desconocía esa dimensión personal de Susan Sontag.
    Pero yo siempre la admiré por su capacidad para dar la batalla en lo social. Denunció la injusticia, fue terriblemente crítica con las acciones de USA en los distintos conflictos bélicos que provocó. No tenía pelos en la lengua y con sus libros y sus conferencias denunció a voz en grito la doble moral que caracteriza a Occidente.Cuando recibió el premio Príncipe de Asturias, aprovechó la ocasión para arremeter contra la hipocresía del poder y los poderosos. Fue un auténtico "pura sangre", a pesar de la leucemia que la carcomía. Tal vez luchaba con ahínco contra la muerte porque necesitaba tiempo para decir todo cuanto tenía que decirnos. Mucho y de interés.Sentí bastante su pérdida. Aunque nos dejó un estupendo legado.

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  2. Si siempre la admiraste, probablemente te guste leer este libro.
    De todas maneras, no tiene nada que ver como haya sido su vida, a como uno se enfrenta con la muerte.
    Quizá ella pensaba que no le debería de haber tocado tan pronto, de hecho hablaba con su hijo de llegar a los cien años.
    Un saludo

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  3. desde luego si que tuvo mala suerte ,empezó con el cáncer de mama a los 41 años ,de todas formas pienso que fue una mujer , terriblemente valiente ,hay que echar mucho mucho.... valor para luchar como ella,para mi tiene tanto valor esta postura como la del padre de Eluana

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  4. Padecemos muchos tipos de cancer, que nos hacen sufrir aunque no sea pasando por el hospital.

    Me pareceis un trio interesante. Gracias.

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