jueves, 15 de enero de 2009

LA ISLA


...sólo la muerte es inmortal.
Eugénio de Andrade

La Isla de Giani Stuparich, es una novela maravillosa, más bien un breve relato de la vida y la muerte, donde un padre y su hijo viajan a una isla en los últimos días del padre. Pero yo no me atrevo ha hacer una critica de esta novela después de haber leído la que de la misma hizo en el Comercio Ricardo Menéndez Salmón. La Isla

Simplemente me voy a limitar a poner algunos pasajes de la misma. Como estos pensamientos, que se quedan en eso, pensamientos , cuando los dos van caminando juntos por la Isla:

"¡La vida , papá, qué sabor tan pasajero, y sin embargo tan saturado de esencia! Es como el viento que trae el aroma del mar: basta respirarlo. Has visto hace poco a esas dos chicas: iban al gustoso encuentro de la nada de la vida y estaban llenas de gozo..."

"No pienses en mi, en este viejo que ahora ya está en las últimas. Abandónate a tu instinto. Mira la mañana y el baño que se te preparan. Yo mismo me entristezco por tu tristeza, mientras disfrutaría de tu disfrute. Me ha complacido transmitir siempre mi sangre festiva. Si se apaga en mi, que yo tenga el consuelo de verla brillar en ti. Ayer por la mañana me gustabas..."
Padre e hijo caminaba uno junto a otro en silencio. En la intensa luz los contornos de las cosas vibraban como electrizados; el viento pasaba casi visible, expandiendo su sonoridad por todas partes.
De pronto el camino llegó al filo del acantilado y un espectáculo admirable se presentó ante la vista de los dos hombres que, como de común acuerdo, se detuvieron. Bajo sus ojos una poblada guirnalda de suave vegetación, ondeante y ligera, coronaba una amplia ensenada, un perfecto semicírculo, a cuya arena dorada un mar color amatista, de encantadoras transparencias, llegaba acunándose, encrespándose en los bordes con sonrientes espumas. Toda la pinada clamaba en un canto embriagador de cigarras que rivalizaban con los múltiples sonidos del palpito de la mar(...) Por primera vez padre e hijo se miraron a la cara y, ajenos a sí mismos, hicieron que aflorara de la tristeza una genuina sonrisa y hablaron, intercambiando expresiones de maravilla ante aquella vista.


1 comentario:

  1. ya lu lei ..... parezme un poco triste ,aunque así ye la vida

    ResponderEliminar