lunes, 15 de diciembre de 2008

ZELIA GATTAI




Zelia Gattai era la esposa del escritor brasileño Jorge Amado. Y empezó a escribir a los 66 años, y así todo le dio tiempo a escribir 13 libros, murió a la edad de 91 años, en el año 2008. Y tiene un libro del año 1979 delicioso de verdad, Anarquistas Gracias A Dios, donde cuenta la vida de su familia en Brasil. Su abuelo era un emigrante Italiano que se embarcó para Brasil con toda la familia. El padre de Zelia, Don Ernesto y su madre Angelina eran dos personajes maravillosos. Hay en el libro un episodio del abuelo de Zelia que me llamó la atención, y que me hizo recordar un relato de Edurdo Galeano, donde se habla de El León y la Hiena, y en el que al final, resulta, que la hiena, que tiene peor fama, es mucho mejor que el león.

(...) Entonces supimos que el abuelo, anarquista convicto, había resuelto dar ese nombre (Hiena) a su hija para afirmar sus principios anticlericales.
Fue al Registro, allá en Florencia, donde la niña había nacido y donde vivía la familia, quiso inscribirla:
-¿Qué nombre va a darle?- le preguntó el empleado.
-¡Hiena!- declaró el rebelde.
El hombre pensó que no había comprendido y repitió la pregunta:

-¡Qué nombre va a darle?
-¡Hiena!- repitió el padre de la criatura, entusiasmado con la reacción del tipo; la polémica deseada estaba garantizada.
El funcionario del registro trató de disuadirlo, no se resignaba ante tamaña reacción.
-Señor, ¿Cómo puede ponerle a una niña inocente el nombre de un animal repugnante como ése?
-¿Si el Papa puede llamarse León por qué mi hija no puede llamarse Hiena?- replico el viejo Gattai que en esa época tenía poco más de treinta años de edad.
La niña fue registrada con el nombre de Hiena y así quedo hasta morir.

(...) Le pregunte a papá por el paradero de esa tía, ¿por dónde anda?
Cambiando de tono de voz, casi en sordina, papá satisfizo mi curiosidad:
-Murió de hambre. _ hizo una pausa para concluir-:
Aquí, en Brasil, antes de cumplir un año de edad.

Zelia Gattai



Del Marido de Zelia, Jorge Amado, tengo recogido, de su libro Navegación de Cabotaje, algo que siempre me gustó. Y se trata de la amistad y de como una vez que pierdes la confianza en una persona, lo mejor es ignorarla, así de bien lo cuenta Jorge Amado, por algo fue aspirante a premio Nobel de literatura:


Tengo horror a los hospitales, a los fríos corredores, a las salas de espera que parecen antesalas de la muerte o, mejor aún, cementerios donde las flores pierden lozanía. No hay flor hermosa en un camposanto. Tengo, con todo, un cementerio mío, personal. Yo lo construí y lo inauguré hace algunos años, cuando la vida hizo madurar mis sentimientos. En él entierro a aquellos a quienes maté, es decir aquellos que para mí han dejado de existir, a aquellos que murieron: los que un día tuvieron mi estima y la han perdido.Cuando alguien rebasa todo límite y me ofende, no me enfado ya con él, no me enojo ni me pongo furioso, no me peleo, no corto mi relación, no le niego el saludo. Lo entierro en la fosa común de mi cementerio -en él no existen panteones familiares, tumbas individuales, los muertos yacen en la fosa común, en la promiscuidad de la vileza, de la maldad. Para mí, aquél fulano se ha muerto, ha sido enterrado, haga lo que haga ya no puede molestarme más.Son raros estos entierros -¡menos mal! -. Sólo a veces un pérfido, un perjuro, un desleal, alguien que ha faltado a la amistad, que ha traicionado al amor, alguien que fue excesivamente interesado, falso, hipócrita, soberbio - la impostura y la presunción me ofenden fácilmente-. En el pequeño y deslucido cementerio, sin flores, sin lágrimas, sin sombra de añoranza, se pudren unos cuantos sujetos, unas pocas mujeres. A unos y a otras los he barrido de la memoria, les he retirado la vida.Encuentro en la calle a uno de esos fantasmas, me paro a conversar, escucho, correspondo a las frases, a los saludos, a los elogios, acepto el abrazo, el beso fraternal de Judas. Sigo adelante. Él piensa que me ha engañado una vez más, y no sabe que está muerto y enterrado.


Jorge Amado

PD. Dedicado a: Pili, Carolina, Latia. Tres nombres distintos y una sola persona verdadera, como el Espíritu Santo, pero sin alas. Y que está a punto a punto de aterrizar de Argentina. Espero que con alas.... el avión. ♫♫♪♫♫♪ VOLVER ♫♫♪♫♫♪

4 comentarios:

  1. SIN DUDA NUNCA ES TARDE PARA EMPEZAR ALGO EN ESTA VIDA.....YO OFREZCOME COMO CRITICA DE LOS FUTUROS ESCRITOS QUE HAGAS , EL PRIMER PASU YA LU DISTE .....
    UNA DEDICATORIA MUY APROPIADA , JEJEJE , CUANDO VUELVA VA A DAR LA VUELTA , CON ESTI FRIU....

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  2. Bueno pero yo empecé a los 53. hasta los 106.Tadavía queda

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  3. ¡¡ya toi aquí!! bueno... en la Capital, Madrid. ¡Lo tuyo ye mucho! tengo que leer esos libros, recuérdamelos. Os veré pronto y contaré coses, claro que desde "mis güeyos" les histories pueden que cambien. Besinos

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  4. Bienvenida. Ya nos contaras como anden los Peronistas y compañia.

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