miércoles, 24 de diciembre de 2008

EL REGRESO DEL SOLDADO


Chris Baldry regresa del frente para encontrarse con las tres mujeres de su pasado: Kitty, su esposa, fría y hermosa; Jenny, su devota prima, que nunca admitió su amor por él… y Margaret, la única mujer a la que Chris recuerda, su primer amor de hace quince años. Debido a su amnesia, de su prima sólo recuerda la infancia y de su mujer nada en absoluto. En su recuerdo sólo permanece Margaret. Las tres mujeres deben tomar una decisión: dejarle seguir en el estado en el que ha regresado o intentar «curarle»…, pero también Chris quiere elegir…
Una joya estilística y psicológica que trasciende su época y llega a la nuestra con toda su frescura y la misma delicadeza. La sofisticación del texto, aparentemente sencillo, es profundamente conmovedora y su escritura de una belleza absorbente. Uno de los estudios más imaginativos sobre la intimidad, la ilusión, la posesión y el terrible, destructivo esnobismo de la convención social, con la tragedia de la Primera Guerra Mundial como trasfondo.
Esto es el resumen de este libro, copiado literalmente de la portada posterior del mismo. Y lo pongo, pues define muy bien de lo que va el libro, calificado por algunos críticos, por ejemplo José María Guelbenzu, como obra maestra. Básicamente la escritora Rebecca West, lo que nos quiere hacer ver atraves del personaje de Chris Baldry, es la resistencia de algunas personas a la perdida de la juventud,y al paso del tiempo por eso Chris, sólo quiere ver lo que ocurrió hace quince años.
Margaret es la antigua amante que él sigue viendo hermosa, a pesar de ser una persona vulgar y a la que se le nota demasiado el paso del tiempo. Así es como la ve Jenny la narradora de la novela (...) Alejé el bolso de mi con el pie y la odié como los ricos odian a los pobres, que son como insectos que salen de las grietas donde les corresponde vivir, introduciendo fealdad en la luz del día. En cambio así describe a Kitty (...) Así que Kitty -cuya belleza esta alterada por la pena- igual que una rosa es distinta bajo la luz de la luna que bajo la del día. Y así la ve cuando se arregla para recibir al marido (...) Cerca de ella había unas cortinas verdes y los reflejos de satén del vestido se volvieron esmeraldas de hielo roto. Su aspecto era frio como la luz de la luna, como la virginidad, pero estaba preciosa; bajo la luz fugaz de las velas su pelo parecia de color oro brillante, Así se dispuso a esperarle.
Pues ni por esas, Chris sólo veía lo que quería ver, como nos pasa a veces a la gente, sólo vemos y oímos lo que nos interesa, pero que bien nos describe Rebecca Weast las situaciones, por ejemplo, los buenos modales de Chris (...) Antes de que la tarde hubiera terminado Chris las había envuelto a todas en la aterciopelada red de sus buenas maneras.
Novela recomendada para todos aquellos que quieran librase de su esposa y no sepan como. Yo, ¿Quién yo? no me acuerdo de nada, por no acordarme no me acuerdo ni de la hipoteca. Lo malo ye, que siempre hay alguien que te quiere hacer ver la realidad, una Kitty, una Jenny, y así ocurre al final de la novela, con una frase que susurran entre las dos y que yo no voy a desvelar.

1 comentario:

  1. esta bien saberlo....grurrrrr
    mañana a dieta .
    apareció la Kitty de tu vida.....

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